El Barça está en crisis y deambula sin rumbo. En Riad, Laporta, Deco y Xavi eran la viva imagen de la impotencia. De momento, no se vislumbran cambios, tras la humillante derrota ante el Real Madrid en la Supercopa. Al director de fútbol no le gustó que le preguntaran si peligraba la continuidad del técnico y ambos asumen que los próximos días serán complicados. Además, no creen posible que el equipo pueda reforzarse con otra incorporación en el mercado de invierno. La realidad económica del club es tan delicada como el presente deportivo.
Laporta está tocado; Xavi, también. Hace dos años y medio, el presidente del Barça vendió ilusión y prometió grandes cambios. Habló del orgullo de jugar en el equipo azulgrana, de sudar la camiseta y de dejarse la piel, pero el Barça no solo fue superado por el Real Madrid. Ni tan siquiera compitió. A los 10 minutos, el grupo de Ancelotti ya sabía que ganaría la Supercopa. La segunda parte fue un suplicio para los barcelonistas. Un doloroso ejercicio de impotencia.
Situación crítica
Lastrado por su delicada situación económica, con una deuda de 1.200 millones de euros, y con el límite salarial excedido, el Barça se resigna a un segundo tramo del curso muy complicado. Parece difícil que el equipo pueda reforzarse con otro futbolista y Xavi, de momento, sigue en el cargo. Si la crisis se agrava, Rafa Márquez, técnico del Barça B, sería la solución de emergencia.
Xavi, con contrato hasta el 30 de junio de 2025, asume que le esperan días difíciles, con muchas críticas, pero en Riad recordó que el Barça se ha levantado después de momentos más complicados. El problema es que los jugadores no parecen seguir su guion. Fuentes próximas al técnico aseguran que se siente impotente con la respuesta de algunos futbolistas.
La Copa del Rey
En Riad, Laporta se abrazó con Xavi. El presidente también necesita el famoso punto de inflexión. Confía en que Xavi encuentra la fórmula para reactivar al equipo, al menos en la Copa del Rey y en la Champions, pero el máximo dirigente deberá frenar el descontento de algunos colaboradores, muy críticos con la gestión del técnico.
Xavi todavía tiene crédito. El próximo jueves, en Salamanca, el Barça se enfrenta al Unionistas en un partido trampa. Solo vale ganar, pues una derrota podría agravar una crisis en la que no se vislumbra una salida.
La brecha con el Madrid
La derrota en la Supercopa también ha evidenciado que la brecha entre el Real Madrid y el Barça es muy grande. Hace un año, el equipo de Xavi destrozó al eterno rival en Riad y después ganó la Liga. En la temporada actual, los papeles se han invertido totalmente.
El debate sobre el nivel del Barça vuelve a coger fuerza. El entorno próximo a Xavi cree que el equipo del curso actual es peor que el de la pasada temporada por las bajas de Sergio Busquets y Ousmane Dembelé. De los nuevos fichajes, Gundogan es el mejor, pero no encuentra el mejor hábitat para explotar su clase.
Ruido mediático
Laporta, Deco y Xavi deben hacer autocrítica. Es el momento de calmar el ruido mediático y mejorar las prestaciones de un Barça que todavía puede salvar la temporada. La Copa del Rey puede ser el gran objetivo, más allá de clasificarse entre los cuatro primeros en la Liga. La Champions, hoy, parece un sueño imposible. El Barça ya no es un equipo ganador, sino sufridor y muy plano.