El 3 de diciembre se escribe una nueva página en el historial de enfrentamientos entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. Se trata de una rivalidad en el campo que ha crecido en la última década a partir de los éxitos del lado colchonero con Diego Simeone al mando del banquillo. Ese nuevo choque de los dos conjuntos también sirve para recordar un poco algunos errores que se han cometido en los recientes años desde la dirigencia culé en los negocios realizados con la entidad rojiblanca, tanto por fichajes desorbitados como en ventas de bajo coste.
Fichajes decepcionantes en el Barça
En este sentido, el Barça no ha tenido prácticamente mucha puntería con respecto a los futbolistas que incorporaron desde el equipo madrileño. El ejemplo más claro de ello es Antoine Griezmann, que arribó en verano de 2019 por 120 millones de euros --más un pago de 15 millones en derechos preferenciales de jugadores colchoneros--. Fue una incorporación que causó cierta expectación en el barcelonismo, teniendo en cuenta su sobresaliente rendimiento en la capital. Sin embargo, nunca pudo cumplir con las expectativas.
Su última temporada, la 2020-21, fue mucho más favorable en términos de cifras e influencia en ataque. Aunque lejos de justificar ese enorme pago que representó para la junta de Bartomeu. Al final, la actual directiva de Laporta decidió acordar un préstamo con el Atlético de Madrid, en donde se había pactado inicialmente una cláusula de 40 millones de euros. Pero la debilidad negociadora del club azulgrana complicó ese plan, por lo que en la anterior temporada solo consiguieron 20 kilos para desprenderse del atacante francés. Uno de los peores negocios en la historia del Barça.
Tampoco hay que pasar por alto el decepcionante fichaje de Arda Turan. El atacante turco había dejado un gran rendimiento al mando de Diego Simeone, a partir de su talento con balón para liderar los ataques del equipo rojiblanco. Esa calidad fue lo que motivó a la dirección deportiva del Barça a invertir hasta 34 millones de euros en el verano de 2015. Se esperaba que fuera un perfil clave con Luis Enrique, pero no fue capaz de adaptarse al club y sus problemas lejos de los terrenos de juego le hicieron perder valor en el panorama internacional, llegando retirarse el año pasado.
Jugadores a precio de regalo
Los malos negocios del FC Barcelona con el cuadro colchonero no solo se limitan a los pésimos fichajes que se realizaron en los últimos años, sino también al momento de traspasar jugadores que terminaron fortaleciendo el proyecto que lidera el Cholo Simeone. En este sentido, el primer ejemplo de ello fue la venta de David Villa, que terminó recalando en el Atleti por tan solo 2,1 millones de euros y se convirtió en una pieza clave (13 goles en Liga) para ganar la competición nacional.
Esa misma situación sucedió con Luis Suárez. El uruguayo se marchó del Barça por la necesidad de la entidad culé de rebajar los gastos salariales, aunque al final representó un regalo para los colchoneros, debido a que solo pagaron cinco millones de euros --y con variables que pudieron incrementar el ingreso hasta los 11 millones--. Su impacto en el equipo de Diego Simeone fue inmediato, siendo fundamental para que los suyos pudieran ganar la Liga (21 goles anotados) en la temporada 2021-22.
El único delantero que podría considerarse fuera de ese grupo es Memphis Depay, que recordemos llegó al Barça a coste cero en verano de 2021. El neerlandés siguió los pasos de David Villa y Luis Suárez, después de que ambos clubes llegaron a un pacto por cuatro millones de euros. Su rendimiento en el Atlético de Madrid ha sido un poco irregular, en especial por las numerosas lesiones que ha sufrido en este año.
¿Joao Félix será un caso diferente?
La directiva de Joan Laporta está cruzando los dedos para que el caso de Joao Félix sea diferente al de los demás. No solo porque esperan a que pueda influir de forma positiva en el conjunto de Xavi Hernández, sino también porque podrían incorporarle a un precio muy inferior al que pagó la entidad rojiblanca en verano de 2019. Hay que recordar que salió del Benfica por un aproximado de 127 millones de euros.
Hasta ahora, el atacante portugués ha mostrado mucho compromiso para ayudar en la parcela ofensiva. Sus cifras todavía están por mejorar, aunque al menos ha logrado tener chispazos de su enorme calidad con balón. De seguir en ese camino, es probable que la parcela ejecutiva del FC Barcelona intente negociar su fichaje definitivo en el verano de 2024. El Atlético de Madrid quiere recuperar lo máximo posible de su inversión, pero en el lado azulgrana se limitan por su delicada situación financiera. Un choque que promete ser una negociación bastante intensa.