Joan Laporta sería capaz de vender una bicicleta a un cojo. El presidente del FC Barcelona, que pasará a la historia en su segundo mandato como el hombre de las palancas, ha tirado siempre de ingenio, marketing y perspicacia a la hora de remontar situaciones adversas. Fue el artífice de una de las noches más memorables del club, la del partido del gazpacho, cuando Ronaldinho se estrenó a lo grande con un golazo de madrugada ante el Sevilla. También se ganó más de un voto de los socios con la pancarta del "ganas de volver a veros", justo enfrente del Santiago Bernabéu.
Objetivo: rascar hasta el último euro
Ahora, con el Camp Nou en ruinas debido a las obras de reconstrucción que está efectuando Limak desde el pasado verano, la junta laportista ha vuelto a tirar de imaginación. El objetivo, como de costumbre, es hacer negocio. Exprimir cada oportunidad. Y es por ello que el club ha puesto a la venta una gran cantidad de artículos relacionados con el Camp Nou, apelando al sentimiento y la historia culé.
"El FC Barcelona ha presentado la colección LLENO DE HISTORIA. LLENO DE FUTURO, para que la afición culé pueda mantener vivo y presente el recuerdo del campo, gracias a una colección de recuerdos y objetos extraídos del estadio con una variedad de precios al alcance de todos los bolsillos", reza el comunicado del Barça. Al más puro estilo Mad Men, la entidad blaugrana se ha convertido en una máquina de hacer dinero a costa de nostálgicos, coleccionistas y culés adinerados.
Diamantes, el último negocio del Barça
"Con la renovación del estadio, es el momento de hacer que todos los azulgranas que han vivido momentos inolvidables en el recinto culé sigan presentes para siempre. Así pues, podrán llevarse a casa un pedazo de la historia del Barça y compartirla con las siguientes generaciones", continúa. Entre la variedad de productos disponibles hay asientos, butacas, pedacitos de césped...
Y, lo más llamativo de todo: una colección de diamantes "éticos y sostenibles" que nacen del carbono del césped del último partido de la pasada temporada en el Camp Nou, ante el RCD Mallorca, el 28 de mayo del 2023.
Los diamantes en cuestión se preparan para su cristalización haciendo uso de alta tecnología, junto con energía renovable. Una serie de especialistas dan forma a cada uno de los diamantes en bruto, a fin de "obtener piezas únicas y excelentes". Hay piedras de un quilate, de 0,50 quilates, insignias de 0,10 quilates y pulseras y collares con diamantes extraídos del césped del Camp Nou, poniéndose a la venta en las próximas fechas a partir de los 499 euros.
Una genialidad, pensarán algunos. Porque lo cierto es que el FC Barcelona planea sacar el máximo rédito económico a esta iniciativa. Por si fuera poco, todos los diamantes "incorporan un NFT con el fin de autenticar, a través de blockchain, su trazabilidad aparte de exclusivas y especiales recompensas y experiencias". Lo dicho, una máquina de hacer dinero y trazar estrategias de negocio, como el acuerdo con los Rolling Stones para lanzar camisetas exclusivas del clásico. Algo que el curso pasado ya se hizo con Rosalía y Drake, dos de los cantantes más escuchados en el mundo.
Laporta mejora la idea de Florentino
En el caso de la venta de butacas y asientos del estadio, cabe recalcar que el Real Madrid de Florentino Pérez ya implementó la idea cuando empezó las obras del Santiago Bernabéu. Unas compras, eso sí, limitadas y con preferencia para los socios merengues a partir de 99 euros. "Cada asiento es un ejemplar auténtico, único y exclusivo, tan especial como tú. Personaliza tu asiento con una de nuestras bases de diseño, producidas individualmente utilizando una tecnología innovadora de impresión 3D", anunció el Real Madrid para promocionar la iniciativa.
El club madridista, no obstante, se quedó ahí. Nada de vender trocitos de césped, diamantes con NFTs incorporados, piedras de los escombros del estadio o el polvo que desprenden las grúas de construcción. El FC Barcelona ha llevado la idea merengue al extremo. Está exprimiendo cada oportunidad al máximo. Todo sea por arañar hasta el último euro en la resurrección económica del club. Capitalizar el cariño y amor por el club de los millones de aficionados culés, alrededor del mundo, es perfectamente lícito. Sobre todo cuando se está necesitado a más no poder.