"No seré yo quien genere más tensión para el clásico", dijo Xavi Hernández justo después de ganar por la mínima al Shakhtar Donetsk en Champions League. Si bien es cierto que en los últimos años los clásicos han sido mucho más tranquilos que hace una década, cuando los antagonismos Messi-Cristiano y Guardiola-Mourinho estaban en plena vigencia, un clásico siempre es un clásico. Y, en ese tipo de partidos, los nervios nunca dejan de estar a flor de piel.
El polémico tuit de Miquel Camps
De ahí que en los últimos días haya habido un incremento de tensiones entre ambos clubes. Con el tuit de Miquel Camps empezó todo. "No es racismo, Vinicius se merece una colleja por payaso", llegó a soltar el directivo del Barça a través de las redes sociales, antes de borrar el mensaje.
Dio tiempo a que se viralizase, y no tardaron en llegar reacciones de parte del madridismo. Incluso jugadores merengues, como Rodrygo, comentaron el despropósito de Camps, antes de que Rafa Yuste se disculpara en su nombre.
"Si lo borró, ya nos quedamos con eso. Lo ha borrado. Lo que genera tensión no me gusta. Ni que se condicione a los árbitros. Ya dije que me gustan los Clásicos con respeto y admiración mutua. No seré yo quien genere esta tensión", llegó a señalar Xavi, a quien no le gustó que se le preguntara por ello en rueda de prensa.
La ausencia de Florentino Pérez
A raíz del tuit de Miquel Camps, Florentino Pérez tomó la decisión de no viajar a Barcelona para presenciar el partido en el palco junto a Joan Laporta. Una escalada más de tensión, antes de que se dieran dos capítulos más. El primero, la decisión de colocar como árbitro del clásico a Gil Manzano, el colegiado que ha expulsado a más cracks del FC Barcelona a lo largo de su trayectoria. Messi, Luis Suárez, Alves, Jordi Alba, Piqué, Lewandowski... A todos ellos ha mostrado la roja.
El clásico de Euroliga, el colmo
Por otro lado, el desenlace del clásico de baloncesto de este jueves, en Euroliga, dejó una nueva polémica. El Real Madrid ganó por un punto, tras decisiones controvertidas como el hecho de restar dos puntos a Vesely tras un error con el reloj de posesión. Una decisión que se produjo en el primer cuarto, pero acabó siendo clave en el resultado final. El colmo es que, tras anular la canasta a Vesely, no se devolvió la posesión al Barça sino que directamente se cedió la pelota al cuadro merengue.
El FC Barcelona llegó a plantearse impugnar el partido, pero finalmente todo ha quedado en una queja interna a los altos mandos de la Euroliga. Sea como sea, la cuestión es que los ánimos están caldeados desde hace días... Y habrá que ver qué sucede este sábado sobre el césped de Montjuïc.