El pasado 18 de octubre, Eduard Romeu presentó ante los medios de comunicación y periodistas los resultados correspondientes al ejercicio 2022-23. Muchos detalles y números fueron explicados por el vicepresidente del área económica del FC Barcelona, siendo prácticamente un abreboca de la próxima asamblea de socios compromisarios. Entre toda la información presentada se debe destacar los 148 millones de gastos extraordinarios de la mencionada temporada.
Inicialmente, los altos mandos del club dieron a conocer que el gasto total en el anterior curso fue de 1.165 millones de euros, siendo 100 kilos por encima de lo que se había presupuestado hace un año. Las dudas empezaron a surgir por el considerable salto de cifras, sobre todo en un contexto financiero tan apretado. Uno de los factores que más ha incidido sobre las pérdidas por traspasos de aquellos jugadores que abandonaron el barco azulgrana y que supone un gasto de 58 millones.
Las pérdidas por traspasos
En este sentido, los casos más representativos son las rescisiones contractuales de Samuel Umtiti, Jordi Alba, Cory Higgins y Nikola Mirotic. Además de las marchas de jugadores como Gerard Piqué. Y por último las pérdidas que se generaron con el traspaso de Antoine Griezmann al Atlético de Madrid (20 millones más cuatro en variables) y que supuso una de las operaciones más ruinosas en la historia de la entidad culé.
En el apartado de las rescisiones, las de Higgins y Mirotic suponen unas salidas dolorosas en lo financiero. Con el primero la entidad tendrá que desembolsar la mayor parte de los 3,5 millones; mientras que con el segundo el Barça abonará al ala-pívot gran parte del sueldo bruto de 22 millones, pertenecientes a las dos temporadas restantes de ficha. Sin dejar de lado el caso de Jordi Alba, cuya liquidación abonada rebasa los 25 kilos.
Tampoco hay que olvidar el caso de Piqué. El exjugador azulgrana renunció a percibir 10,35 millones de la segunda mitad de la temporada 22-23 que no disputó al retirarse anticipadamente. Sin embargo, como desvelamos en Culemanía, el club barcelonista adeudaba 27,7 millones entre aplazamientos del curso 20-21 y su sueldo por el primer tramo 22-23.
48 millones relativos al Espai Barça
Por otra parte, los 48 millones de euros restantes en los 148 kilos que imputó el FC Barcelona de Joan Laporta corresponde a cuentas relativas al Espai Barça. Así lo llegó a relevar Eduard Romeu en su comparecencia ante los medios de comunicación en la sala de prensa de la Ciutat Esportiva: "Tenemos una operación extraordinaria de 48 millones de euros, que corresponde a los intereses y gastos del Espai Barça. Es una partida que se activa, pero que todavía no está en proceso de construcción".
De momento no hay mucho más detalle con respecto a la mencionada cifra, siendo lo más resaltante que se trata del lanzamiento del fondo de titulización para financiar el ambicioso proyecto del Espai Barça. Curiosamente, la decisión de incluir ese gasto extraordinario ha supuesto que el patrimonio neto del FC Barcelona vuelva a quedarse en números negativos, aunque realmente cerca de regresar a un punto de estabilidad.
El patrimonio neto del Barça
Tanto las pérdidas por traspasos como los gastos relativos al Espai Barça han tenido una clara influencia en que el club presidido por Laporta no fuera capaz de regresar esta temporada a un patrimonio neto positivo. De acuerdo con los datos de la memoria económica de la 2022-23, la entidad se posiciona en -1 millón de euros. Prácticamente a las puertas de una situación patrimonial estable.
Esto a su vez implica que el artículo 67 de los estatutos del club se mantiene en suspensión provisional. Hay que recordar que hace un par de años la directiva decidió someter a votación la nulidad de dicha normativa, debido a que si el presupuesto neto llegaba a estar en números rojos por dos ejercicios consecutivos, supondría el cese inmediato de la cúpula que está al mando. Una medida que ha permitido al actual dirigente liberarse de un control que habría recortado su ciclo presidencial.