El conflicto que ha estallado entre las jugadoras de la selección española y la Federación este verano de 2023 viene de lejos. La postura intransigente de 15 futbolistas empezó a tomar forma en septiembre de 2022, con un correo electrónico conforme se retiraban del combinado nacional hasta que "se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal". Si bien aseguraban por aquel entonces que "nunca hemos pedido el cese de Vilda", El Español ha desvelado en exclusiva las conversaciones de Whatsapp entre Irene Paredes y el otrora presidente de la RFEF, Luis Rubiales.
En dicho chat se demuestra que las futbolistas sí que habían solicitado el despido del seleccionador. Todo empezó en agosto de 2022, cuando la central del Barça le pidió al dirigente "hablar tanto con Rafa como contigo" y Rubiales emplazó a las capitanas a una reunión por videollamada.
Primer desencuentro
Irene, Alexia Putellas y Patri Guijarro intercambiaron posturas con Rubiales y varios cargos federativos. Las capitanas comunicaron que pretendían un cambio de entrenador para enderezar el rumbo deportivo antes del Mundial, pues "no llegaba el mensaje del técnico al vestuario" y existía "desgaste por un proyecto deportivo que lleva mucho tiempo" siendo el mismo. También disentían en "los roles" que había proporcionado Jorge Vilda a algunas jugadoras, pues a su parecer debían disputar menos minutos.
Rubiales reaccionó con "asombro" a la petición y dio el asunto por zanjado, al menos, en conversaciones con la ausencia de Vilda, mediante unos mensajes de Whatsapp posteriores a la llamada el 14 de agosto: "Siendo profesional nunca traté de cuestionar al entrenador frente a nadie, y menos frente al presidente. Nunca he vivido que futbolistas compañeros míos llamen al presidente para destituir al técnico. Tratar de utilizar una posición de poder por la capitanía que ostentas, para ir contra tu entrenador, no creo que sea el mejor camino".
El presidente de la RFEF ratificó al míster en el cargo en su diálogo con Irene: "Jorge ha tenido ofertas, han llamado a la Federación preguntando por él estos años y siempre ha reafirmado su compromiso con España. Algunas ofertas eran incluso superiores en lo económico".
"No es cosa de 3 o 4"
Un día después, el 15 de agosto, la jugadora azulgrana adujo que "me he puesto en contacto como representante de las capitanas, no para meter presión, sino porque cuando hablamos el otro día --videollamada-- nos comentaste que hablaríamos en 10 días".
"Hay un grave problema en el vestuario que viene desde hace tiempo y hemos intentado tapar (...) sabiendo que tenemos probablemente la mejor selección de los últimos años, y por ello somos exigentes con nosotras y con todo el que nos rodea, por un bien común. Pero hace meses que la Selección no fluye como debería. Llevamos años escuchando el mismo discurso, y no es ir contra nadie, pero creemos que puede ser normal por el paso del tiempo. Y ahora mismo, que el mensaje no llegue y se haya perdido la confianza deportivamente hablando hace que sea un problema. No es cosa de 3 o 4 sino de todas", le contestó Irene a Rubiales por chat.
Respecto a las formas de dirigirse al mandatario de la RFEF sin el conocimiento de Rubiales, Irene defendió que "hemos hablado primero con Jorge directamente, lo hablaríamos con el director deportivo que en este caso es la misma persona, y con el máximo responsable que en este caso eres tú". La zaguera guipuzcoana reiteró que "nosotras no vamos a quitar ni poner a nadie, volvemos a transmitir que es un malestar general y que si no se modifica nada, creemos que la selección nacional no avanzará ni fluirá como queremos".
El estallido
El presidente de la RFEF volvería a escudar al seleccionador con contundencia: "Sin Jorge delante, está zanjado. Con Jorge delante, encantado de hablar. En los grandes torneos sólo nos han ganado EEUU, Alemania e Inglaterra en el Mundial y en la Euro. Irene, si es la mejor Selección en mucho tiempo, algo de culpa también tendrán Jorge y la Federación".
Semanas más tarde, en septiembre de 2022, las divergencias entre integrantes de la selección y la Federación traspasaron las fronteras mediáticas. 15 jugadoras internacionales, entre las que no se encontraban ni Irene ni Alexia, enviaron un correo electrónico a la RFEF retirándose del equipo nacional hasta que destituyeran a Vilda. Patri sí figura entre las 15 afectadas que se pusieron en contacto. Posteriormente, las implicadas, a las que se añadió Alexia, emitieron un comunicado público en el que negaban haber pedido "el cese de Jorge Vilda" y solicitaban "un proyecto profesional para sacar el mejor rendimiento".