En cuestión de semanas, la reputación de Luis Rubiales en todos los ámbitos ha caído en picado. El esperpéntico y deleznable espectáculo del presidente de la RFEF durante la final del Mundial femenino. La situación del dirigente palmense ha dado un giro de 180 grados y ha degenerado del ascenso a la presidencia del Comité de Licencias de Clubes en la UEFA, a su posible expulsión. Un lustro atrás, Gianni Infantino, máximo mandatario de la FIFA hizo una predicción bastante alejada de la realidad sobre Rubiales y el avance de la RFEF.
"España cayó eliminada por un poquito de mala suerte --en el Mundial de 2018-- pero lo importante es tomar decisiones. Las que tomó Luis junto a su junta fueron absolutamente correctas, pero lo que pienso yo no es importante sino el que se tomen. Con esta actitud y mentalidad esta RFEF va a ir muy lejos", manifestó Infantino tras el Mundial de Rusia 2018 sobre el despido de Julen Lopetegui a dos días del torneo.
Elogios contradictorios
Apenas unos meses de suceder a Ángel Villar como presidente de la RFEF, Infantino se deshizo en elogios hacia Rubiales: "Es un hombre sincero, honesto, trabajador, orgulloso y valiente. No todos tienen la misma opinión y es normal, pero es importante el tomar decisiones y cuando se toman hay críticas".
Dichas alabanzas se han dinamitado con el paso de los años. El que fuera futbolista del Levante entre otros equipos tiene un juicio pendiente por presunta corrupción sobre la venta de la Supercopa de España a Arabia Saudí. Incluso habría incurrido en administración desleal en 2018, cuando costeó un viaje de ocio a Nueva York simulando gastos laborales. Rubiales se excusó mediante unas supuestas reuniones de trabajo con representantes de la ONU y la MLS.
Situación límite
Cinco años después, tanto Infantino como Rubiales han quedado retratados por ese enaltecimiento, cuando menos, impreciso. Es más, la Comisión Disciplinaria de la FIFA le ha abierto expediente disciplinario a Rubiales por posible infringimiento de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Indisciplinario de la FIFA.
Por su parte, el presidente de la UEFA, Aleksandr Ceferin, ha quedado decepcionado por el gesto de Rubiales, que se llevó las manos a sus propios genitales en la celebración de la final mundialista. Por lo tanto, peligra también su nuevo puesto en el organismo europeo. El imperio levantado a lo largo del último lustro se desmorona. La cabeza de Rubiales podría rodar en la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF, programada para este viernes 25 de agosto.