Al-Hilal, Inter de Miami o Barça. Leo Messi, tras asumir su salida del PSG, contempló tres opciones para prorrogar su carrera futbolística. Pudo decantarse por la mejor oferta económica, pero no le seducía jugar en Arabia Saudí. También pudo optar por el factor sentimental y volver al Camp Nou, pero desconfiaba de Joan Laporta. Finalmente fichó por la franquicia estadounidense para desesperación de muchos aficionados del Barcelona.
Laporta, presidente del Barça, sondeó e intentó el fichaje de Messi. Más por motivos económicos que deportivos, convencido de que el crack argentino es el mejor reclamo para atraer a nuevos patrocinadores.
El presidente del Barça contactó con Javier Tebas para preguntar sobre sus opciones de fichar a Messi. También lo hizo el padre del futbolista para saber si la inscripción de Leo estaba garantizada. Al no recibir la respuesta esperada, Jorge Messi cortó las negociaciones con el club azulgrana y fichó por el Inter de Miami.
La decisión más difícil
Laporta ha confesado que la decisión más dura que ha tomado como presidente del Barça fue comunicarle a Messi que no podía renovar su contrato. El anuncio indignó al futbolista, porque las dos partes habían acordado todas las condiciones y solo faltaba plasmar su entente en un contrato.
Messi se fue dolido del Barça. Durante mucho tiempo esquivó a Laporta. Alejandro Echevarría, excuñado el presidente y persona próxima al futbolista, medió entre los dos para calmar tensiones y facilitar el regreso de Leo al club azulgrana.
Ni amistad ni confianza
Laporta le garantiza que seguiría siendo el futbolista mejor pagado de la plantilla, aunque con un salario muy inferior al que cobraba en el PSG. Messi estaba de acuerdo, pero el máximo dirigente no pudo garantizarle que su inscripción sería inmediata. Le pidió tiempo y Leo no quiso esperar.
Los Messi y Laporta ya no están enfrentados, pero tampoco hay una relación de amistad ni confianza. Ahora deberán resolver el partido de homenaje prometido por el Barça al crack argentino y poco más. Ni que sea por un día, los culés esperan que Messi vuelva a vestirse de azulgrana.