“La mochila de la junta será tan pesada que no se devolverá la deuda”. Eso comentó hace unos meses a Culemanía quien fuera miembro de la comisión del Espai Barça, Jaume Llopis, que dimitió en verano de 2021 por discrepancias con la junta de Laporta. Concretamente, a raíz del adiós de Leo Messi. Cierto es que la voz del economista hacia la gestión del presidente siempre ha sido crítica desde entonces, y algunos incluso la han tildado de apocalíptica. Con las cifras en la mano, sin embargo, lo cierto es que hay motivos para preocuparse. Y para pensar que, a no ser que se trabaje duro en los próximos años para reducir la deuda acumulada, el modelo de propiedad actual estará en riesgo de mutar en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
4.000 millones de euros son, aproximadamente, los que arrastra el FC Barcelona en concepto de deuda bruta, o total. Una cantidad que sale de lo que se debe más los intereses correspondientes. A los 1.350 millones de deuda ordinaria que reconoce deber la entidad a día de hoy --el año pasado hablaron de 1.200 millones antes de sumar el coste de los nuevos fichajes-- hay que añadir el crédito del Espai Barça --1.450 millones de euros-- y sus respectivos intereses financieros.
En total, el coste total del proyecto del Espai Barça asciende a unos 2.820 millones, según reconoció el club a Culemanía en rueda de prensa hace un par de meses. Si sumamos ese coste a los 1.350 millones de deuda reconocida por el resto de conceptos, el número de los 4.000 millones de euros aproximados aparece solo. La pregunta que muchos se hacen es: ¿cómo puede haber llegado el FC Barcelona a deber tanto dinero?
Una deuda que está fuera de órbita
Hay muchas respuestas posibles. Una de ellas la gestión arriesgada --para algunos temeraria-- que lleva efectuando el club en los últimos años, no sólo por parte de la junta de Laporta sino también de las anteriores. Para el megalómano proyecto del Espai Barça, por ejemplo, se ha firmado un préstamo de 1.450 millones de euros con Goldman Sachs y otros inversores, a un interés medio que, según el club, ronda el 5,5%, aunque otras fuentes señalan que se trata de un 7,11%. En este nuevo proyecto controvertido no queda clara la inclusión del Palau Blaugrana; tampoco las oficinas ni el hotel.
La cuestión es que el coste total de las nuevas instalaciones rondará los 2.820 millones de euros a efectos oficiales, una cantidad que contrasta, por ejemplo, con los 900 millones que pagará Florentino Pérez para remodelar el Santiago Bernabéu. El FC Barcelona --sumido en la peor crisis económica de su historia-- no tendrá más remedio que refinanciar la deuda del Espai Barça, devolviéndola poco a poco con paciencia, esfuerzo y sacrificios en todos los ámbitos del club.
El FC Barcelona, en riesgo de implosión
¿Cómo se puede rebajar progresivamente ese número escandaloso? Una fórmula --hay otras, como incrementar los ingresos ordinarios con nuevos patrocinadores-- sería vender a jugadores con elevadas amortizaciones de fichajes pendientes de abonar. Por Raphinha la entidad se ahorraría 52 millones; por Koundé, 48; y por Ferran Torres, 43. Entre los tres futbolistas, 143 millones ahorrados en amortizaciones.
Se trata de un perfil de traspasos con el que el club mata dos pájaros de un tiro en materia económica: por una parte libera deuda ordinaria y, por la otra, reduce la masa salarial de manera notable a nivel de salarios y amortizaciones. Actualmente el FC Barcelona tiene un límite salarial permitido por la Liga de unos 350 millones de euros, y se encuentra claramente excedido.
Con los números rojos encima de la mesa, la realidad es que la junta de Laporta debe atacar problema cuanto antes si no quiere que el FC Barcelona se vea arrojado a un agujero negro en el plano económico. "Al final, los acreedores querrán cobrar y lo harán capitalizando sus deudas. Es decir, quedándose el club", augura la voz apocalíptica de Llopis. El tiempo dirá si sus predicciones se cumplen... o si el Barça, con la unión de diversas políticas de ahorro, consigue evitar la implosión.