Toda emisión de deuda significa un compromiso de pago. Cuando la junta directiva de Joan Laporta acordó hace unos meses la financiación del nuevo Camp Nou y el resto de instalaciones, se comprometió también a una serie de obligaciones que deberá cumplir si no quiere que el FC Barcelona, como entidad propiedad de sus socios, se vea en serio riesgo. Uno de los grandes desafíos radica en devolver 800 millones de euros del crédito del Espai Barça antes de finalizar el año 2028. El Barça necesitará desembolsar el dinero bajo las condiciones actuales de financiación.
La financiación, destinada a ser refinanciada
El documento de constitución del Fondo de Titulización estipula las obligaciones del club durante los 24 años en que se alargarán los plazos de retorno de la deuda. Un total de 20 inversores, entre los que destacan Goldman Sachs y JP Morgan, han aportado el capital necesario de 1.450 millones para emprender las obras. Una vez finalizada la reforma del Camp Nou en 2026, el FC Barcelona tendrá que pagar, con intereses incluidos, un total de 2.820 millones en 30 años.
Unos intereses que se acumulan desde este mes de junio, pero que se empiezan a pagar a partir de diciembre de 2025, cuando el primer equipo de Xavi ya esté jugando partidos en el nuevo estadio. Aquel mes de diciembre, el club deberá abonar 44 millones en intereses, por los 94 millones del año 2026 y los 96 millones del 2027.
Será en junio de 2028 cuando el Barça empezará a abonar el dinero prestado: 375 millones de un préstamo bancario y 120,6 millones de los bonos, a los que se tendrán que sumar 86 millones de euros en concepto de intereses. Desde el club su conscientes de la dificultad de llegar a cumplir todos los vencimientos, y reconocen que se tendrá que llevar a cabo una refinanciación a más largo plazo.
Obligaciones del FC Barcelona como deudor
La cuestión es que, según la escritura de constitución, el Barça tendrá también ciertas obligaciones con el Fondo de Titulización. Unas obligaciones que, en caso de no cumplirse, comportarán la imposición de interventor o hombre de negro. Dicho de otra forma, la llegada de un agente de ventas que controle las cuentas y exija al club la firma de ciertos contratos para conseguir mayores ingresos.
Entre las obligaciones del Barça en los próximos años está la ganancia de 85 millones de euros de nuevos ingresos para el Estadi antes de junio del 2025. Un dinero que deberá llegar en cuatro tramos: 10 millones en junio del 2023, 35 millones en junio del 2024, 45 millones en diciembre del 2024 y, finalmente, estos 85 millones en junio del 2025. Unos ingresos que podrán proceder de nuevos patrocinadores, acuerdos de colaboración, ventas de lonjas VIP o de aquello que el club considere como nuevos ingresos. Deberán ser novedosos y originales, por lo que Spotify no cuenta.
Los escenarios que Laporta debe evitar
El Fondo de Titulización, por cierto, también puede intervenir al club en varios supuestos que la junta de Laporta tendrá que evitar, en la medida de lo posible: una condena penal por el caso Negreira, un descenso de categoría por el caso Negreira, un incumplimiento del Fair Play financiero, un cambio en el modelo de propiedad --conversión en SA--, jugar en una liga "no apta" que no sea la española, entrar en concurso de acreedores, ingresar menos de 1,75 veces aquello que se tiene que devolver, o bien incumplir los plazos de pago cuatro veces consecutivas.