Jaume Ferrer, Ferran Soriano y Joan Laporta durante el primer mandato presidencial del tercero / EFE

Jaume Ferrer, Ferran Soriano y Joan Laporta durante el primer mandato presidencial del tercero / EFE

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Jaume Ferrer detectó los pagos del Barça a Negreira en 2003

El entonces tesorero de Laporta fue convencido por Ferran Soriano y Sandro Rosell para autorizar el servicio

20 abril, 2023 00:40

Joan Laporta lo reconoció el pasado lunes en rueda de prensa a pregunta de Culemanía. El actual presidente del FC Barcelona supo de los pagos a Negreira en 2003, al poco de ganar sus primeras elecciones a la presidencia y tomar el mando del club. 

El abogado reconocía que fue el entonces tesorero del Barça quien detectó la existencia de esos pagos. Hablamos de Jaume Ferrer, persona de la máxima confianza del dirigente barcelonista y que, en 2010, terminó siendo el candidato continuista elegido como sucesor de Laporta en unas elecciones que perdió ante Sandro Rosell

Curiosamente, Rosell es otro de los que toma un cierto protagonismo en esta historia. El que fuera presidente del Barça entre 2010 y enero de 2014 era en aquellos tiempos vicepresidente deportivo de la junta de Laporta y, según apuntan varias fuentes, fue una de las personas que convenció a un escéptico Jaume Ferrer de autorizar los pagos a Negreira. 

Rosell y Soriano convencieron al tesorero

Otro de los que intervino en aquella decisión fue el entonces vicepresidente económico, Ferran Soriano, actual director general del Manchester City. "Tanto Soriano como Rosell se reunieron en privado con Jaume Ferrer y le hicieron ver que aquellos pagos no comportaban irregularidades, que el servicio que se recibía era muy útil", explican a este medio fuentes de la junta directiva del Barça de 2003. 

El tesorero fue quien descubrió aquellos pagos, entre muchos otros, mientras revisaba la contabilidad del club. Acaban de heredar un Barça en situación crítica de manos de Joan Gaspart. Tras la dimisión de éste, tomó el control del club Enric Reyna como presidente de la comisión gestora. Este último decidió detener todos los pagos hasta que hubiese un nuevo presidente. 

Cuando Laporta ganó las elecciones, una de sus misiones era "levantar las alfombras", aunque finalmente no llegaron a hacerlo. Con Rosell, Soriano y Ferrer como hombres de máxima confianza, junto a Alfons Godall, Laporta decidió devaluar a varios futbolistas e imputar las pérdidas originadas a Gaspart. Aquello no salió bien ya que legalmente las pérdidas fueron asumidas por ellos, siendo aquellos últimos ocho días de 2003 (del 22 al 30 de junio) considerados el primer año del primer mandato de Laporta. 

Sospechas iniciales

En un primer momento, cuando Ferrer detectó una serie de facturas pendientes de pagar, le pareció extraño y sospechoso. El tesorero no veía claro el fin de aquellos servicios y lo puso en conocimiento de los vicepresidentes responsables, el económico y el deportivo. Ambos, por separado, le dijeron que convenía mantener aquellos pagos porque les servicios prestados eran de utilidad. 

Joan Laporta y Jaume Ferrer, durante la campaña del segundo a la presidencia del Barça en 2010 / EFE

Joan Laporta y Jaume Ferrer, durante la campaña del segundo a la presidencia del Barça en 2010 / EFE

Joan Laporta y Jaume Ferrer, durante la campaña del segundo a la presidencia del Barça en 2010 / EFE

Así lo ha reconocido el propio Laporta, quien también exteriorizó sus dudas iniciales en la pasada rueda de prensa: "Cuando nosotros llegamos en 2003, nuestro tesorero (Ferrer), juntamente con el vicepresidente deportivo (Rosell), me comentaron que existían estos servicios y yo, durante un tiempo, mantuve una actitud prudente de intentar saber de qué se trataba... Cuando se profundizó y se detectó que era un asesoramiento arbitral que podía ser interesante para el club y que, además, como te digo, era un servicio que se venía prestando, lo que decidimos fue mantener este servicio y continuar disponiendo de este asesoramiento"

Ocho meses de dudas

Estas dudas duraron aproximadamente ocho meses en que desde el club se dedicaron a hacer averiguaciones sobre el servicio. En aquella época, algunos miembros de la junta directiva llegaron a conocer al hijo de Enríquez Negreira, Javier Énriquez Romero, presunto prestador de los servicios según Laporta. Llegaron a la conclusión de que no había nada malo, de que el servicio era interesante para el club y optaron por mantenerlo.