Joan Laporta necesitará un milagro similar al que salvó a Daniel cuando fue arrojado al foso de los leones en la antigua Babilonia. Igual que le ha sucedido a Dani Alves, donde los elementos incriminatorios aparentan ser tan veraces que la justicia no alberga dudas sobre la necesidad de mantenerlo en prisión preventiva en plena fase de instrucción, en el caso del Barçagate relacionado a los pagos durante más de 20 años al exárbitro Enríquez Negreira, el FC Barcelona parece estar ya condenado. La reciente irrupción pública de Jaume Roures para aportar su valoración sobre el tema, no hace sino complicar todavía más las cosas a su socio, aliado y, supuestamente, amigo. 

El presidente de Mediapro no suele dar puntada sin hilo cuando habla y, en esta ocasión, ha dejado muy expuesto al FC Barcelona. El club ya está sufriendo daños colaterales varios con la publicación de una noticia que, según Laporta, fue ofrecida por Tebas a varios medios, fue publicada en primicia por el Grupo Prisa --SER, As y El País fueron los primeros-- y se ha convertido en tendencia durante las dos últimas semanas por las exclusivas que encabeza El Mundo. Que la principal cara visible de otro gran grupo mediático muy cercano al Barça, como es el caso de Mediapro, también se sume a la lista de detractores ha sentado muy mal en la junta del presidente Laporta, según ha podido saber Culemanía

La estrategia del Barça pasa por ganar tiempo alegando que se ha puesto en marcha una investigación independiente dirigida a dar explicaciones y depurar posibles responsabilidades. Mientras tanto, el cub se resiente a nivel económico. Si ya costaba conseguir nuevos patrocinios, con esta pena de telediario todavía se hace más difícil. Si ya estaban estancadas las negociaciones con Goldman Sachs para cerrar un crédito de 1.500 millones de euros que facilite la financiación del Espai Barça, ahora se pueden complicar todavía más. Si ya era difícil sacar adelante el proyecto de la Superliga, con los escándalos que salpican a Barça y Juventus parece, más que nunca, una utopía. 

Indicios penales

A todo ello hay que sumar las posibles consecuencias penales, toda vez que el delito de corrupción entre particulares que investiga la Fiscalía no prescribe hasta los 10 años. A nivel deportivo se antoja más complicado que haya represalias, pero tampoco debe descartarse. Ni, tampoco, los efectos colaterales que esto pueda tener en los arbitrajes hasta final de temporada en un año clave para el Barça, recién eliminado de la Europa League, y que se juega la Liga. 

Como en el caso Alves, los indicios en este Barçagate son muchos y contundentes. Se han monitorizado todos los pagos realizados por el Barça a tres empresas diferentes --Dasnil 95, Nisdal SCP y Tresep 2014-- del señor Enríquez Negreira por valor de 6,1 millones de euros entre 2001 y 2017. Han salido a la luz mensajes y burofaxes que evidencian una relación de muchos años entre el exárbitro, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros durante 24 años (1994-2018), y los distintos presidentes del Barça en este tiempo. Hay imágenes del hijo de Negreira acompañando a los árbitros al Camp Nou antes de los partidos. Incluso en TV3 han rescatado un vídeo de un programa de 1993 donde el propio Negreira ya tenía que responder públicamente sobre supuestos favor arbitrales al Barça. 

Roures: "El Barça lo puede pagar muy caro"

Roures, en sus declaraciones, ya se ha encargado de recordar que no sería la primera vez que el Barça acaba condenado como persona jurídica por la comisión de un delito, cosa que ocurrió en 2016 con el caso Neymar por defarudar a Hacienda. "Lo de Negreira destapa una capacidad de sorpresa impresionante. El Barça lo puede pagar muy caro. Recordemos que ya fue investigado hace años, con Rosell y Bartomeu, por el traspaso de Neymar. Ahora faltan muchas explicaciones y hay que condenar lo ocurrido", ha dicho. 

Asimismo, el empresario ha añadido más posibles elementos indiciarios al caso: "Yo, hace años, había visto regularmente a Enríquez Negreira en el palco del Barça y se decía que su papel era que hacía los informes, pero no para el Barça sino para el comité de árbitros; para calificar la actuación del árbitro en aquel partido, si lo había hecho bien, mal o regular. Es decir, que él tenía un poder para apartar, o no apartar, o promocionar o lo que fuese… digamos que no era neutro aquello… tenía un cargo importante y, evidentemente, yo supongo que lo ejercía”.

Juego a dos bandas 

Estas palabras han generado decepción en el club y el convencimiento de que Roures juega su particular partida a dos bandas con el Barça y la Liga. Ayudó a la junta actual con los avales y también se asoció con Barça Studios a través de la empresa Orpheus Media, al adquirir el 24,5% de la sociedad Brigeburg Invest. Además, mantiene un latente interés en hacerse con el control total del museo del club y asistió recientemente al acto de la Superliga que organizaron Florentino Pérez y el propio Laporta en Madrid.

Laporta, Florentino y Jaume Roures, en el acto de la Superliga en Madrid / EFE

Laporta, Florentino y Jaume Roures, en el acto de la Superliga en Madrid / EFE

Paralelamente se mantiene como uno de los principales aliados de la Liga de Tebas, a pesar de sus ideologías políticas completamente contrapuestas, con la gestión de los derechos televisivos. También se ha manifestado públicamente en contra del nuevo formato deportivo que promueven Barça, Madrid y Juventus. Y desde el club siguen convencidos de que la filtración relativa a Negreira sale desde la Liga. También hay quien cree que todo esto puede acortar el proceso de conversión del club en una sociedad anónima y en Barcelona hay muchas voces que apuntan a Roures como uno de los principales postores.