El Barça quiere sentenciar al primer capitán en enero

La casi segura eliminación de la Champions y la derrota contra el Real Madrid han tenido un efecto devastador en el Barça. Xavi Hernández ha dejado de ser intocable, pero la junta directiva y la dirección deportiva mantienen su confianza en el técnico, a quien le piden mano dura para gestionar el vestuario. A la espera de posibles remedios en el mercado de invierno, ya sea con alguna contratación más o menos costosa, desde el club se busca un golpe de autoridad con alguna baja significativa. Y los tiros apuntan a los capitanes. Sobre todo a Jordi Alba y Gerard Piqué, dando por seguro que Sergio Busquets no renovará su contrato más allá del 30 de junio de 2023.

El Barça quiere proseguir la renovación que inició en verano. A Xavi le faltaron algunas piezas y le sobraron otras. Los deseados fichajes de Azpilicueta y Bernardo Silva no prosperaron. El primero renovó su contrato con el Chelsea por dos temporadas más, mientras que el club azulgrana no pudo presentar una oferta atractiva al Manchester City por el mediocampista portugués al negarse Frenkie de Jong a ser traspasado.

La reunión de Xavi y Piqué

Xavi también deseaba que Memphis Depay hubiera salido del Barça y no Aubameyang, a quien el club traspasó por motivos económicos. Y el técnico ya dio luz verde a las salidas de Piqué y Alba. A Busquets y Sergi Roberto, en cambio, los defendió.

Gerard Piqué, uno de los capitanes del Barça, hundido tras regalar un gol al Inter / EFE

Gerard Piqué, uno de los capitanes del Barça, hundido tras regalar un gol al Inter / EFE

A finales de la pasada temporada, Xavi se reunió con Piqué en una conversación muy tensa. En la misma, el técnico comunicó al futbolista que ya no sería una pieza básica en el Barça. También le pidió que tuviera una vida privada más discreta y que aparcara sus negocios para centrarse en el fútbol. También le comentó que debería bajarse el sueldo. Piqué aceptó el reto, aunque su salario no sufrió cambio alguno.

El caso de Piqué

Piqué tiene contrato hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable automáticamente hasta 2024 si esta temporada juega más del 35% de los partidos o el club no le comunica la rescisión del mismo dos semanas después de que termine la temporada.

El caso de Alba es distinto. Xavi pidió un lateral zurdo que compitiera con el defensa de l'Hospitalet y el elegido fue Marcos Alonso. El técnico, sin embargo, no contó con la gran eclosión de Balde, quien la pasada temporada tuvo un protagonismo muy residual.

Jordi Alba, cabizbajo, durante la victoria del Barça contra el Viktoria Plzen / EFE

Jordi Alba, cabizbajo, durante la victoria del Barça contra el Viktoria Plzen / EFE

La sentencia de Alba

Alba no hizo una buena pretemporada y Xavi se mostró muy crítico con el futbolista por su actuación contra el Rayo Vallecano. Le censuró que no se aplicara en la presión a un rival tras pérdida de balón y obligara que Pedri hiciera un esfuerzo extra que pudo costarle una lesión muscular.

El Barça tampoco logró que Alba se rebajara el salario y el club negoció su cesión con el Inter a espaldas del futbolista. Fue en los últimos días del mercado de verano y Alba, muy molesto, rechazó un cambio de equipo. El Barcelona estaba dispuesto a asumir el 60% de su ficha.

Un año y medio de contrato

En el mercado de verano, el Barça buscará una salida amistosa con Alba, a quien todavía le queda un año y medio de contrato, con un salario próximo a los 20 millones de euros anuales.

Sergio Busquets, salvo sorpresa, continuará su carrera deportiva en Estados Unidos y el Barça no tiene la intención de renovar a Sergi Roberto cuando acabe esta temporada.