La incongruencia de Laporta con los clubes Estado
El presidente carga contra los nuevos ricos del fútbol en la Asamblea, pero cae en contradicciones
11 octubre, 2022 00:11Hay veces en las que el fútbol luce grandes similitudes con una obra de teatro. Lo que vemos sobre el escenario no es lo mismo que sucede entre bambalinas, de igual manera que los parlamentos de grandes presidentes no tienen por qué reflejar exactamente su pensamiento. Extrapolando la metáfora al contexto azulgrana, la Asamblea de Compromisarios que lideró Joan Laporta el pasado domingo dejó una serie de titulares llamativos. Se obtuvo el plácet para aprobar la ejecución de las palancas, la liquidación del ejercicio 2021-22, el presupuesto previsto para esta campaña y una contundente declaración de intenciones a favor de la Superliga que terminó en recado a los clubes Estado.
Laporta y Florentino, cogidos de la mano
La junta laportista aprovechó para atacar a la ECA y a la Champions League --aprovechando lo sucedido en Milán-- a la vez que se colocaba en un pedestal al proyecto de la Superliga Europea. Un discurso en el que Laporta quiso ir de la mano de Florentino Pérez y le salió bien, a medias. "El fútbol europeo tiene una dinámica negativa de asistencia a los estadios y de seguimiento por televisión", recordó en primera instancia, en unas palabras que fueron pronunciadas casi de idéntica forma, una semana antes, por su homólogo en la presidencia del Real Madrid.
La vuelta de tuerca con sello Laporta llegó con su crítica a los clubes Estado. "Hay que sumarle la distorsión de estos clubes Estado, con recursos ilimitados para asumir el fair play. Desestabilizan de forma evidente", se quejó altivamente el máximo mandatario culé, en una línea parecida al "llegaremos hasta el final" que había pronunciado Andrea Agnelli, presidente de la Juventus, hace unas semanas en su tradicional carta anual con los accionistas italianos.
Conflicto de intereses en la junta azulgrana
Se da el caso, sin embargo, de que ni Real Madrid ni Juventus han jugado partidos amistosos con alguno de estos clubes Estado en los últimos meses. Las palabras de sus respectivos líderes institucionales, en este sentido, han ido acorde a sus actos. No ha ocurrido lo mismo en un Barça que a finales del mes de agosto, y ya con la temporada 2022-23 iniciada, disputó en el Camp Nou un amistoso solidario junto al Manchester City.
Cierto es que el organizador fue más Juan Carlos Unzué que los propios clubes, que fue un acto benéfico y solidario a favor de fomentar la investigación sobre la ELA, y que el FC Barcelona mantiene unos vínculos con el conjunto skyblue --Pep Guardiola, Ferran Soriano, Txiki Begiristain-- que no comparte con el Paris Saint-Germain. Los franceses, de hecho, se han ido convirtiendo con el paso de los años en un archienemigo casi al mismo nivel que el Real Madrid. La guerra entre ambos equipos ha traspasado las líneas del terreno de juego y se ha trasladado muchas veces al plano institucional y al mercado de fichajes.
Pero el Manchester City no deja de ser un club Estado. Uno de los más poderosos. Misma naturaleza que el PSG, pero distinto trato. Porque hay veces en las que interesa dejarse llevar por el viento, sople adonde sople. Y especialmente cuando se te ha estropeado el motor. Porque al Barça, sumido en una crisis económica apremiante, le ha venido muy bien fichar en los últimos tiempos a Eric García con la carta de libertad, y a Ferran Torres aunque lleve un tiempo alicaído emocionalmente. Del dinero que debe abonar por su fichaje, de hecho, apenas ha tenido que pagar tres millones de euros. El resto, para más adelante, cuando a Laporta y al club azulgrana les venga mejor.
City y PSG, distintos en el imaginario culé
La figura de Mansour bin Zayed Al Nahayan, propietario del Manchester City, tiene una connotación más positiva para la directiva culé que la de Nasser Al-Khelaifi, jeque del Paris Saint-Germain. Ahí es donde Laporta y los suyos caen en contradicciones: si se ataca a los clubes Estado, no puede hacerse a medias. Y aunque Barça, Juventus y Real Madrid propongan la Superliga Europea como un proyecto de salvación económica para el fútbol europeo, resulta imposible de concebir la competición --al menos a la larga-- sin la presencia de citizens y parisinos. Eso, claro está, siempre y cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea permita que salga adelante.
Las conclusiones del abogado general del TJUE se conocerán el 15 de diciembre de 2022. "Si la resolución de la Unión Europea es favorable, podremos trabajar sin presiones para proponer un formato de competición que sea del agrado de todo el mundo", sentenció Laporta durante la Asamblea de Compromisarios. Mientras, el banco de inversión JP Morgan suscribió un préstamo de hasta 4.000 millones de euros el pasado 17 de abril para financiar el proyecto. "Los ingresos de los clubs de la Superliga serán notorios", destacó el presidente culé. Pase lo que pase el Día D, cada uno seguirá remando para sus intereses. Aunque eso implique caer en contradicciones.