Laporta, con Al-Khelaifi y Tusquets en el PSG-Barça / FC Barcelona

Laporta, con Al-Khelaifi y Tusquets en el PSG-Barça / FC Barcelona

Palco

El reto de Laporta con el PSG

El nuevo presidente del Barça tratará de mejorar unas relaciones que han sido especialmente tormentosas en los últimos años con Bartomeu

16 abril, 2021 21:01

Uno de los grandes retos de Joan Laporta tras llegar a la presidencia del Barça es, tal y como él explicó durante la campaña electoral, conseguir que "el club blaugrana recupere el respeto en las instituciones, como la UEFA, Liga y RFEF; y también entre los grandes clubes europeos". Algo en lo que ya ha empezado a trabajar, acercándose al presidente de la Federación, Luis Rubiales, y pasando a formar parte de la junta directiva de este organismo

Asimismo, en cuanto a la relación con las superpotencias del continente, al nuevo presidente blaugrana le preocupa especialmente el vínculo del club blaugrana con el PSG. Las relaciones han sido especialmente tormentosas y tóxicas durante los últimos años con Josep María Bartomeu a la cabeza. Fichajes frustrados, el caso Neymar y ahora la tensión por el futuro de Leo Messi ha alejado considerablemente a las dos instituciones. 

Laporta, en el palco del Parque de los Príncipes / EFE

Laporta, en el palco del Parque de los Príncipes / EFE

Laporta, en el palco del Parque de los Príncipes | EFE

Es por eso que Laporta insistió hace pocas semanas, en la eliminatoria contra los franceses de Champions, en acudir junto a Carles Tusquets al palco del Parque de los Príncipes, para tener un encuentro con el jeque Nasser-Al-Khelaifi. Fue un gesto de buena voluntad, para demostrar que su intención es recuperar las buenas relaciones con el PSG que ya tuvieron en el pasado. 

Relación de amor-odio

Y es que hay que destacar que cuando Al-Khelaifi llegó a la presidencia del PSG, en otoño del 2011, el nexo entre ambos clubes era más que evidente. Barça y PSG estaban unidos por la estrategia paralela del estado de Qatar por situarse en el mapa del deporte mundial para ser una referencia.

En este sentido, más allá de los acuerdos para organizar el Mundial de Balonmano de 2015 y del inminente Mundial de Fútbol 2022; sus principales apuestas fueron con el club francés y catalán. Prácticamente al mismo tiempo, la Qatar Investment Authority, una empresa propiedad de la familia real de Qatar, compró el 70% del PSG; y el país se asoció con el Barça como patrocinador a través de la sociedad Qatar Sports Investments mediante los contactos de Sandro Rosell, que asumió la presidencia del club en 2010. Ello propició la llegada primero de Qatar Foundation en el pecho de la camiseta blaugrana, y dos años después, de Qatar Airways.

Bartomeu y Nasser Al-Khelaifi en un Barça-PSG / EFE

Bartomeu y Nasser Al-Khelaifi en un Barça-PSG / EFE

Bartomeu y Nasser Al-Khelaifi en un Barça-PSG / EFE

Una amistad de conveniencia que duró varios años, pero que se agrietó en 2015, cuando Manel Arroyo asumió la parcela de marketing del club tras la dimisión de Javier Faus como vicepresidente económico justo antes de las elecciones. Con la conquista del triplete, el exdirectivo vinculado a MotoGP rompió un acuerdo verbal con Qatar Airways para exigir más dinero. La cúpula catarí sintió traicionado su honor y mantuvo el patrocinio solamente un año más con las cifras anteriores, sin mejoría alguna. Al año siguiente salió Qatar Airways, entró Rakuten y se abrió la veda de un fuego cruzado que salió muy caro al club blaugrana.

Y es que esto provocó una verdadera guerra de fichajes frustrados durante varios años. El Barça intentó sin éxito la llegada de futbolistas como Thiago Silva, Verratti, Marquinhos o Di María. Las negociaciones con los parisinos se convirtieron en imposibles. Y todavía empeoró más estas relaciones cuando sedujeron a Neymar y se lo llevaron al Parque de los Príncipes, tras pagar su cláusula de rescisión. Ahora es el futuro de Leo Messi el que genera ciertas reticencias entre ambos clubes. 

No obstante, Laporta es consciente de que si a alguien ha perjudicado esta relación de amor-odio, es al Barça. Por eso, el presidente ya trabaja para acercar posturas y conseguir, como mínimo, tener una relación cordial. Una supuesta paz que podría saltar de nuevo por los aires si finalmente los culés se lanzan a por el regreso de Ney. No obstante, descartarlo de una vez por todas podría ser el primer paso para mejorar un vínculo especialmente tormentoso durante los últimos años.