Florentino Pérez o el escándalo que tapa su mano derecha en el Real Madrid
Eduardo Fernández de Blas, el delfín del presidente del club blanco, salió impune de sus presuntos delitos por evasión fiscal
18 abril, 2019 19:15¿Se acuerdan de los papeles de Panamá? En abril de 2016 el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés) publicó una serie de documentos internos de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca relativos al ocultamiento de propiedades, activos e inversiones en paraísos fiscales.
Durante varias semanas toda suerte de personalidades públicas, desde jefes de estado y de gobierno, figuras de las finanzas y los negocios, deportistas y artistas, coparon las primeras planas informativas de la prensa. Cada días nos despertábamos con un nuevo escándalo. Una nueva celebridad que había recurrido a fraudes y engaños para evadir su fortuna.
La revelación sacudió la opinión pública internacional. Rodaron algunas cabezas, sobre todo las más expuestas, sin embargo, con el paso del tiempo poco a poco las aguas volvieron a su cauce. El acoso informativo era tan grande que terminó por engullirse a sí mismo. El escándalo se normalizó. El público perdió la capacidad de sublevarse ante una injusticia que parecía estar orquestada por todos los poderes fácticos. La ciudadanía sucumbió ante la indefensión aprendida. Y todo quedó en agua de borrajas.
La mancha que salpicó al entorno de Florentino
Entre los nombres que aparecieron en alguno de los 11,5 millones de documentos confidenciales de Mossack Fonseca a los que tuvo acceso el ICIJ figuraba el de Eduardo Fernández de Blas, vicepresidente segundo del Real Madrid. La mano derecha de Florentino Pérez en el club blanco. No en vano es el artífice de la plataforma Ética Madridista, con la que aupó la candidatura de Florentino a la presidencia blanca.
En concreto, el bufete panameño prestó sus servicios a Fernández de Blas con relación a dos compañías: Durian Development Corporation y Artland Associates Corp., ambas domiciliadas en Panamá y con cuentas en Suiza, tal y como reveló El Conficendial.
Ambas empresas fueron constituidas por Mossack Fonseca en colaboración directa con el banco suizo UBS, el mayor del país helvético. La primera, Durian Development Corporation, fue fundada en marzo de 2005, mientras que Artland Associates Corporation se creó en junio de 2006. A la sazón, Panamá era oficialmente un paraíso fiscal.
Fernández de Blas y Florentino Pérez durante una Asamblea de socios del Real Madrid / EFE
Desde un primer momento ambas sociedades le otorgaron poderes generales a Eduardo Fernández de Blas, abogado de profesión del bufete que lleva su propio nombre.
La amnistía fiscal de Montoro
La actividad de estas empresas se frenó en seco tras el anuncio de la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro en 2012. El ministro de Hacienda y Función Pública del ejecutivo de Mariano Rajoy puso en marcha una amnistía fiscal para que los ciudadanos españoles con bienes en el extranjero no declarados pudieran regularizar su situación sin sufrir sanción penal alguna y abonando apenas un 10% de los intereses que hubiese generado ese dinero negro durante los últimos tres años.
En total, 31.484 personas se acogieron a la amnistía fiscal. Para mayor oprobio, en vez del 10% anunciado, los defraudadores perdonados por Montoro solo pagaron al fisco un 3% de media.
El sedicente Gobierno socialista de Pedro Sánchez sigue negándose a hacer pública la lista de los declarantes. Ahora bien, el repentino cese de las actividades de las empresas panameñas de Fernández de Blas invita a concluir que este se habría acogido a la amnistía.
En este sentido, el banco suizo UBS comunicó que Durian Development Corporation había sido cerrada en julio de 2013 y que ya no poseía ninguna cuenta en la entidad. La sociedad fue desactivada en julio de 2015.
En cuanto a Artland Associates Corporation, entre la documentación revelada por El Confidencial aparece una carta firmada por el propio Fernández de Blas en enero de 2013 en la que confirma que todos los activos relativos a dicha sociedad habían sido eliminados. Este era un trámite básico para poderse acoger a la amnistía de Montoro. Poco después se solicitó la disolución de la sociedad, tal como reconoció también UBS.
Amistades peligrosas
Sea como fuere, Eduardo Fernández de Blas se libró de asumir ningún tipo de responsabilidad por el escándalo de los papeles de Panamá. Ni con la justicia española ni con el Real Madrid. Tan solo Compromiso Blanco, plataforma electoral de la entidad madridista, emitió un comunicado pidiendo la dimisión de Fernández de Blas por su presunta implicación en el asunto. Sin embargo, Florentino Pérez protegió a su delfín y nunca hubo una sola mención más al respecto.
Fernández de Blas, a la derecha de la imagen, junto a Florentino Pérez / EFE
Eduardo Fernández de Blas y Florentino Pérez se conocen desde la infancia. Eduardo es íntimo de Enrique Pérez, hermano del presidente blanco. Además del vínculo personal, tiene con Florentino una estrecha relación laboral, ya que ha desarrollado numerosos trabajos profesionales para las empresas del grupo Dragados, perteneciente a ACS, la constructora que preside Florentino Pérez.
Por otro lado, a Fernández de Blas se le atribuyen otras amistades poco recomendables entre los grupos ultras del Real Madrid. Es el caso de José Luis Ochaíta, líder de los Ultras Sur, y cuyos antecedentes violentos le impiden en la actualidad entrar en el Santiago Bernabéu. También Carlos Clara, líder de la peña La Clásica, quien también tiene prohibida la entrada al estadio. Fernández de Blas ha sido fotografiado en varias ocasiones con ambos personajes.
Pese a todo, Eduardo Fernández de Blas sigue ejerciendo como vicepresidente segundo del Real Madrid e incluso se especula con que algún día pueda ser el sucesor de Florentino al frente del club. Recientemente, además, recibió una mención especial en el acto de entrega de las insignias de oro y brillantes con el que el Real Madrid premia a sus socios más veteranos.
Eduardo Fernández de Blas, que figura como socio del Real Madrid número 5471 desde el 1 de septiembre de 1968, recibió la insignia de oro de la mano de Florentino Pérez y Paco Gento. Un premio al mérito y la ética de un hombre que encarna como nadie los verdaderos valores del Real Madrid.