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La grada visitante del nuevo Camp Nou se llenó de salvajes. La afición del Eintracht de Frankfurt tuvo un comportamiento deleznable el pasado martes. Lejos de animar a su equipo, la hinchada alemana se centró en molestar a los seguidores barcelonistas y traspasar cualquier tipo de límite. Y ahora es el FC Barcelona el que hace inventario, según ha podido saber Culemanía.

Horas después del duro triunfo del equipo de Hansi Flick en el templo de Les Corts, el club azulgrana se ha puesto a repasar los daños que sufrió el Camp Nou. Y no son pocos. Más 2.300 aficionados del Eintracht llenaron la inédita grada visitante en la Champions League que la UEFA obliga a tener en todo estadio, a diferencia de la Liga. El Athletic Club de Bilbao, por ejemplo, no gozó de ningún seguidor vasco, en la apertura oficial del templo barcelonista.

La lista de daños

Fuentes del Barça revelan que se están enumerando algunos de los daños que han sufrido las instalaciones. La marea del Eintracht reventó una de las planchas de metacrilato que hacen de mampara y separan a ambas aficiones. El agujero fue enorme y aquel incidente pudo poner en peligro la integridad física de algunos barcelonistas.

Aficionados del Eintracht rompen una mampara de la grada visitante del Camp Nou REDES

Las butacas también pagaron la indecencia de la hinchada de Las Águilas. En la lista de desperfectos que está haciendo la institución que preside Joan Laporta también han apuntado la presencia de varios asientos arrancados. Menos visibles son los baños, que también han sufrido vandalismo por parte de los seguidores teutones.

Vasos y bengalas

Las instalaciones del Camp Nou no fueron el único objetivo de los 2.300 alemanes. Desde la zona de la grada visitante se encendieron bengalas tras el gol del Eintracht en la primera parte y, tras ello, alguna se lanzó por encima de las mamparas, en dirección a un sector de culés que ocupaban esa parte de la segunda gradería.

Durante todo el partido, en cambio, no se pararon de tirar vasos de cerveza, que se venden sin alcohol en todos los estadios de fútbol. Algunos culés aseguran haber visto a algunos alemanes llenar los recipientes de plástico con orina.

La UEFA, informada

De todo esto ha informado el Barça a la UEFA, según confirman fuentes del club catalán a este medio, sin el ánimo de que el Eintracht asuma ningún coste. El listado ha servido para saber la cantidad de daños que ha sufrido el Camp Nou y ahora será el turno del ente regulador del fútbol europeo. El Comité de Disciplina deberá decidir qué tipo de sanción se lleva la entidad de Frankfurt.

Joan Laporta escucha el himno de la Champions League en el palco del Spotify Camp Nou Òscar Gil Coy Culemanía

Emisarios de la UEFA recogen en el acta lo que sucede en cada encuentro, así que la multa no debería tardar en conocerse. El Barça, por ejemplo, fue amonestado la pasada temporada por la pancarta nazi que se vio en el Stade Louis II, campo del Mónaco, con el mensaje de "Heil Flick". El organismo que comanda Aleksander Ceferin multó a la entidad barcelonista con un pago de 10.000 euros y sin permitir la presencia de aficionados en el siguiente partido de Champions contra el Estrella Roja.

Laporta gana la partida

En cualquier caso, el Barça evitó una imagen similar a la vivida en 2022, cuando más de 30.000 alemanes, en plena Semana Santa, invadieron el Camp Nou en la vuelta de los cuartos de final de la Europa League. En año electoral, repetir la escena hubiese sido demasiado doloroso para Joan Laporta, así que el club empleó muchas medidas disuasorias que funcionaron.

La grada del Camp Nou en el Barça-Eintracht de la Champions League EFE

Sin la Grada d'Animació, en Les Corts se escucharon varios "puta Barça". Demasiados. Pero la entidad culé dejó fuera a muchos, evitando que se dieran de alta como socios del Barça el mismo día de partido y obligando a los demás socios a, en caso de transferir la entrada, rellenar un formulario y firmar una declaración de responsabilidad. Hasta 500 casos de posible fraude detectó el Barça, que ni con esas logró evitar el comportamiento salvaje de los 2.300 aficionados de la grada visitante del Eintacht.

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