Wojciech Szczesny celebra una parada en el Barça-Rayo de Liga

Wojciech Szczesny celebra una parada en el Barça-Rayo de Liga

Juanito Blaugrana, un Culé en La Castellana

Y con Szczesny de portero

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Tras golear a la Real Sociedad, zona DOGSO y 26 tiros a puerta mediante, el Barcelona es líder en solitario de la Liga y preparará desde la tranquilidad su duelo de Champions contra el Benfica. Los portugueses, por cierto, no jugaron este fin de semana. Su partido contra el Gil Vicente fue aplazado. Compárese el trato a los lisboetas con el dispensado a los azulgranas, que vieron su descanso recortado en casi un día entero como consecuencia indisoluble de una de las escasas certezas del fútbol español: los llantos del Real Madrid a la mínima inconveniencia.

Antes del duelo europeo contra un rival que, recordemos, en el partido de la primera fase contra el Barça iba ganando 3-1 en el minuto 30, la Champions nos obsequiará con una nueva e inapelable demostración de que los de Hansi Flick son el mejor equipo de España de largo: esto es, otro insufrible Real Madrid-Atlético. No podían llegar los de Ancelotti en peor momento ni los de Simeone en mejor, lo cual no lleva sino a pensar que el pestiño de eliminatoria caerá para el lado de los de siempre, y que un buen puñado de atléticos andarán indignados y pidiendo respeto por las redes mientras esperan, un año más, a que otros les hagan el trabajo sucio que ellos nunca atinan a hacer.

No deja de resultar paradójico, pues para el Barcelona de la nueva-nueva era ha llegado el momento de demostrar precisamente eso: que tiene lo que hay que tener para mantener el pulso de la competición hasta las últimas consecuencias. A nadie se le escapa que al Barça le sobra arrojo pero le falta pausa. Y ahora llega ese momento de la temporada en el cual la importancia de dormir los partidos cuando van de cara prácticamente se iguala con la necesidad de sacar fuerzas de flaqueza para sacudirlos en la adversidad.

De que el equipo es muy capaz de lo segundo creo que el barcelonismo no alberga dudas, visto lo visto durante el curso. Pero del severo déficit en la ejecución de la primera premisa hay más que cumplidos ejemplos, subrayados por la impotencia de un Pedri que casi nunca logra convencer al resto de sus compañeros de dejar la máquina al ralentí, y culminados con el atolondramiento en la ida de las semifinales de Copa que permitió al Atlético anotar cuatro goles en Montjuïc de manera totalmente inopinada. Aun así, que no le pueda la ansiedad, astuto lector: el Barça va primero, y con Szczesny de portero. Se lo dicen a usted antes de Navidad y compra champán del bueno.

P. D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana