Tres hermanos, separados el primero y el último por 17 años –algo nunca visto en Can Barça–, llegaron a jugar en el once barcelonista. En distintas etapas, eso sí. Se trata de los Jordà Pons, familia numerosa y una de las ocho sagas que han colocado a tres hermanos en la plantilla azulgrana, como desvela el libro El árbol del Barça (Círculo Rojo, 2023).
Rafael, nacido en Barcelona en 1912 dos meses exactos antes del hundimiento del Titanic, era el segundo de los 13 hijos de Carles y Dolors, el primer varón y también el primero de los tres que jugaron en el Barça. Su paso por el primer equipo fue testimonial, pues era integrante de la segunda plantilla (desde 1932, como su hermano Quico, ambos procedentes del Figueres), aunque tuvo alguna oportunidad con los mayores, en contiendas amistosas. Fuera del fútbol, se dedicó a trabajar de administrativo. Tuvo cuatro hijos.
El más laureado
En orden de nacimiento le siguió Joaquim, Quico, alumbrado apenas un año después. Era extremo y apuntaba maneras, pero le faltaba esa actitud necesaria para triunfar. No en vano, fue, de los tres, el que más partidos jugó con el Barça: 30, aunque solo dos oficiales (el 26 de febrero de 1933, de la Liga, contra el Betis, y el 15 de octubre del mismo año, del Campeonato de Cataluña, contra el Júpiter). Ganó los dos. Con posterioridad, trabajó en la empresa de aluminio de su suegro y tuvo una hija.
Sea como sea, tras su paso por el Barça, tanto Rafael como Quico regresaron al Figueres, que fue también la cuna, años después, de los otros dos hermanos varones de la saga: Alexandre y Jordi. Este último (Figueres, 1929), huérfano de padre con apenas 6 años, era delantero y pasó la mayor parte de su carrera en el equipo gerundense, en tres etapas entre las cuales vistió los uniformes del Europa, el Tàrrega y el Sarrià.
Murió en Brasil
Su única participación como azulgrana fue en 1952, en un partido benéfico contra el Europa, en un once en el que compartió minutos con los integrantes del primer equipo blaugrana Caldentey, Brugué, Curta, Maristany y Gràcia. No convenció su juego, y no pasó de ahí su carrera barcelonista.
Tras dejar el fútbol se marchó a Brasil, muy joven, donde tuvo varios empleos y donde murió. Tuvo dos hijos.