Andan inspirados los creativos de Nike. Este año se cumplen 20 desde que la marca de Oregón viste al Barça y para ello no se les ha ocurrido nada mejor que comercializar una prenda conmemorativa hecha con los retales de las camisetas azulgranas de las últimas dos décadas. Para darle glamur la han bautizado como Equipación Stadium del 20 aniversario, y han aclarado que se trata de un artículo para coleccionistas. Son los reyes del marketing.
“Horrorosa” fue lo primero que pensé al verla. Nike ha creado algo así como el monstruo de Frankenstein de las camisetas: por separado, en sus cuerpos originales, cada una de las partes tenía su encanto, porque las zamarras del Barça acostumbran a ser bonitas (ya sea la tradicional, la de franjas horizontales o la de cuadros; no me parecen mal los diseños transgresores si tienen armonía), pero cosidas unas con otras se arriesgan a perder su belleza.
Llegados a este punto me pregunto cuáles son las motivaciones de Nike para presentar esta camiseta (¿acaso Messi no vende bastantes prendas?), así como otra tipo fútbol americano que hay que sumar a los tres equipajes oficiales del Barça —el tercero de este año, por cierto, me parece especialmente bonito, semiarlequinado, con el Eixample dibujado en tonalidades salmón y encarnadas—. La respuesta parece evidente.
He de reconocer que la parte trasera de esta camiseta “edición especial” me resulta más armónica que la delantera. Será porque parece pixelada y me recuerda a los videojuegos de 8 bit de Súper Mario. Como también he de reconocer que el frontal me parece un calco de la carta de ajuste de las televisiones antiguas. Y, si no, vean la imagen. También es cierto que, desde que descubrí esta similitud, veo menos fea la prenda conmemorativa. Seré yo.
Camiseta Nike para celebrar los 20 años de unión con el Barça y una carta de ajuste
Parte trasera de la camiseta Nike del Barça por los 20 años de unión entre ambos / NIKE
Hace unas semanas leía en un periódico deportivo que el Barça vende más camisetas que el Real Madrid por la sencilla razón que la prenda blanca deja poco margen a la innovación —hubo un tiempo en el que el segundo uniforme del Barcelona era blanco—, mientras la azulgrana permite infinidad de variaciones que los aficionados quieren vestir como símbolo de fe, fidelidad y admiración. ¿Es tanto cambio un error? ¿Un acierto? Es una máquina de ganar dinero.
La marca inspirada en la diosa griega de la victoria es uno de los pilares económicos del club y quiere un retorno. Por ello no duda en exprimir al máximo la etapa más dorada del Barça, dos décadas —por ahora— en las que el equipo ha levantado 10 Ligas, 6 Copas del Rey, 7 Supercopas de España, 4 Champions League, 3 Supercopas de Europa y 3 Mundiales de Clubes, además de contar con la mejor generación de futbolistas liderada por Leo Messi, máximo anotador de la historia culé.
Andan inspirados los creativos de Nike...