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Pedri, contra el Atlético

Pedri, contra el Atlético EFE

Hablemos del Barça

El año de Pedri (otra vez)

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2025 ha sido un año espectacular para Pedri, un año en el que ha confirmado que es un jugador capaz de asumir el peso del centro del campo de todo un Barça con madurez, talento y constancia. La responsabilidad que le ha dado Flick ha sido enorme, pero él las ha asumido con galones, mostrando una inteligencia táctica fuera de lo normal y una calidad en cada pase que sigue dejándonos boquiabiertos.

Su sentido del juego, la visión para abrir espacios y la capacidad para crear ocasiones de gol sin perder nunca la calma son virtudes que lo hacen indispensable. Y todo ello sin renunciar a su humildad, una marca que lo define tanto dentro como fuera del campo. A pesar de esto, sigue sorprendiendo cómo un futbolista con estas cualidades puede ser tan a menudo infravalorado a nivel global.

Pedri no solo brilla por su técnica, sino por la manera en que lidera al equipo. Pedri es capaz de marcar la diferencia en cualquier partido sin alzar la voz. Si 2025 ha sido un año para recordar, esperamos que 2026 sea aún mejor y que el mundo del fútbol también le reconozca su verdadero valor.

Problema central, resignación total

El Barça vuelve a mirar al eje de la defensa con una mezcla de urgencia y resignación. La lesión de Christensen ha dejado al equipo de Hansi Flick con un agujero evidente, y las dudas en torno a la figura Araujo tampoco ayudan a resolver el puzzle. En este contexto, la necesidad de fichar a un central parece más que justificada. No es un capricho, sino pura supervivencia competitiva.

Pero el problema es el de siempre. El mercado de invierno es corto, caro y poco fiable. Las opciones que realmente podrían mejorar el nivel defensivo son escasas y las pocas que ofrecen garantías contrastadas están fuera del alcance económico del Barça. Fichar mal en enero podría hipotecar el futuro tanto como no fichar a nadie.

Flick necesita refuerzos pero el club no puede permitirse errores ni apuestas a ciegas. Ante este dilema, quizás la solución pasa por resistir, confiar en lo que hay en la plantilla y seguir mirando en la Masía. No es el escenario ideal, pero es lo que marca la realidad. Al Barça solo le queda resignarse y esperar que Araujo vuelva mejor que antes.

Lamine, como Iniesta en San Mamés

El Barça cerraba el año de la mejor forma posible con una sólida victoria en el campo del Villarreal, con la sensación de control y con el valor añadido de hacerlo sin Pedri. Ganar en La Cerámica nunca es fácil y hacerlo en este contexto tiene aún más tiene mérito. Líderes, campeones de invierno y unas sensaciones muy positivas para afrontar lo que vendrá a principios de 2026, que no es poco.

Lo que más cuesta entender es la reacción que tuvo la afición del Villarreal tras la durísima entrada de Renato Veiga sobre Lamine Yamal. Un trompazo clarísimo, bien castigado con roja y que podría haber acabado con una lesión grave del crack de Rocafonda. Insisto, no entiendo los pitos y esa obsesión con Lamine. Sin duda es una situación que recuerda mucho a la de Iniesta con San Mamés, que esperemos que no se siga reproduciendo con el tiempo.

Sin embargo, Lamine hizo un partido muy serio, valiente y acabó marcando un gol determinante. Tuvo una actuación de futbolista grande y maduro, bravo por él. Y por cierto, es cuanto menos que curioso a Lamine Yamal y a Vinicius les pitaran a ambos el mismo fin de semana. La diferencia es que a Vinicius le pitó su propia afición.