Lamine Yamal está viviendo un momento único, pero no todo el mundo lo celebra. Con solo 18 años, se ha convertido en una estrella capaz de decidir partidos con facilidad insultante. Su superioridad con el balón es tan evidente que incomoda y esa sensación se acentúa porque, a veces, transmite una imagen que algunos interpretan como demasiado altiva. Esta combinación ha hecho que haya gente que le tenga ganas y busque cualquier motivo para criticarle.
También es evidente que tampoco ayuda a su vida extradeportiva. Pero, ¿qué le podemos decir a un chaval de 18 años con ganas de pasarlo bien? La mayoría de futbolistas viven igual y nadie les pone bajo la lupa con tanta insistencia. Cuando lo hace Lamine, parece que cometa un crimen.
La realidad es que es tan bueno que los equipos y aficiones rivales saben que la única manera de pararlo es descentrándolo y sacándolo del partido. Sin embargo, Lamine ha demostrado una madurez sorprendente en estos contextos hostiles, sin perder la cabeza ni caer a la provocación. Y, sinceramente, si jugara con la camiseta blanca, todos estos sectores más críticos lo definirían como un genio ejemplar.
El tiempo pondrá a cada uno en su sitio, pero el talento de Lamine es tal que no hay debate: ha venido para marcar una era. Le pese a quien le pese.
Todavía queda culebrón con Fermín
Buenas noticias en Can Barça, Fermín López seguirá vistiendo la camiseta azulgrana. Tras una oferta millonaria del Chelsea, que habría puesto sobre la mesa algo menos de 50 millones de euros, el jugador y el club dijeron no.
Sobre el papel, y si lo comparamos con otras operaciones del mercado, no era una cifra desorbitada. Pero tampoco nos engañemos, una cantidad así le habría venido muy bien al Barça para sanear su economía y dejar atrás los problemas con el 'fair play' financiero.
Por contra, la continuidad de Fermín también nos obliga a mirar al vestuario. Aunque diga lo contrario, la relación del andaluz con algunos pesos pesados del equipo es bastante complicada y prácticamente inexistente. La situación es tensa y difícil de solucionar. Si Fermín no fue más contundente a la hora de acabar con los rumores sobre su futuro es porque también sabe que un cambio de aires le habría ahorrado muchos disgustos y malos momentos.
El Barça necesita a Fermín —y al resto de futbolistas— centrados al 100% en lo que ocurra sobre el campo. Nos alegramos de que Fermín se quede, pero la pregunta es clara: ¿qué hará el club para gestionar esta situación? El reto para Hansi Flick vuelve a ser mayúsculo. Tiene que convertir a Fermín en una pieza clave y no en un problema.
Calma, de momento, calma...
El descontrol y el mal partido del Barça contra el Rayo Vallecano fueron evidentes y, si no hubiera sido por un gran Joan Garcia, el resultado podría haber sido mucho peor. Empatar en Vallecas no entraba dentro de los planes, pero, después de solo tres jornadas, es prematuro sacar conclusiones.
No tengamos prisa por ver al Barça de la temporada pasada. El nivel fue muy alto y, aunque el equipo todavía no haya acabado de arrancar, estoy convencido de que los hombres de Flick volverán a mostrar su mejor versión.
Mientras tanto, la gran liga del señor Javier Tebas, que dice que está en todo, volvió a dejarnos una imagen desastrosa. Por un lado, con un césped en Vallecas indigno y potencialmente peligroso para la salud de los futbolistas.
Y, por otro lado, por los problemas técnicos del VAR. La tecnología decidió hacer huelga, pero lo que no puede fallar es la previsión y el respeto a la competición. Hacen falta más soluciones y alternativas para cuando esto pase. Fue un auténtico ridículo de Javier Tebas, de la liga y del VAR.