Nuestro querido Johan Cruyff ya lo avisó en su momento, “el que dude de jugar en el Barça ya no nos sirve”, pero los últimos acontecimientos con el ‘caso Nico Williams’ hicieron que el club se replanteara esta posibilidad e, incluso, alcanzara un acuerdo inicial con el jugador.
Ciertamente Nico parecía una opción muy interesante y ver que era el propio jugador el que apretaba para fichar por el Barça hizo que el club reconsiderara su posición y aceptara su llegada este verano, hasta el punto de que se decía que todo esta cerrado y era el Athletic Club el que montaba en colera por perder a su estrella.
Finalmente, el conjunto de Bilbao ha anunciado la renovación de Nico Williams hasta 2035, con un aumento de su cláusula de rescisión de un 50%, una cifra inferior a los 100 millones pero que bajo ningún concepto nadie del Barça debe plantearse.
El pequeño de los Williams ha vuelto a jugar con el Barça, con cierta alevosía, cuando este verano ha sido él el que insistió para su fichaje, una puerta que se ha cerrado definitivamente y que nos recuerda las palabras del sabio Johan Cruyff.
Se podían entender las dudas del año pasado, la ilusión que generaba su llegada para verle junto a Lamine Yamal, e incluso, obviar que esta temporada había rendido muy por debajo de lo esperado (11 goles y 7 asistencias en 45 partidos disputados), pero este nuevo giro de guion es el punto final a este culebrón.
Puede que Mbappé estuviera siete temporadas jugando al gato y el ratón pero en el Barça la sensación actual es que Nico ha jugado con el club blaugrana y las ilusiones de su afición, por lo que, sin desearle nada malo este es el punto final definitivo a cualquier tipo de posibilidad de llegada al Camp Nou de ahora en adelante, un capítulo o historia que no debe volver a abrirse por mucho que puedan cambiar las circunstancias, su situación o incluso, la del Barça.
Nico ha decidido que su futuro no pasará por Barcelona y el club debe aceptarlo y tener claro que no será blaugrana ni ahora ni nunca, y que, por lo tanto, la situación está exactamente igual que como estaba en el mes de mayo, con la puerta cerrada para el extremo del Athletic y con otras opciones encima de la mesa.
A todo ello tampoco hay que obviar que, la posible llegada de un extremo que permita descansar a Raphinha y Lamine es un complemento perfecto, que permite mover a piezas como Dani Olmo, Fermín, Lewandowski o al mismo Raphinha sobre la disposición táctica de Flick, pero sin olvidar que sin este fichaje el Barça ha mostrado un grandísimo nivel y ha competido ante todos.
Es importante que llegue un nuevo extremo al Camp Nou, pero sin volvernos locos, ya que actualmente el Barça tiene un muy buen equipo, existen opciones perfectamente válidas que podrían incorporarse, e incluso, jugadores de la Masia o más desconocidos (Bardghji) que también podrían realizar ese rol complementario a los teóricos titulares.
Las sensaciones del final del ‘caso Nico’ pueden ser malas para la afición, que ahora pedirá un Luis Díaz, Rashford o Lookman, todos ellos muy buenos fichajes, pero para los que no hay que perder la cabeza con el equipo que tiene Flick y con los jugadores con mucho desequilibrio que están en la Masia para esa posición.
Volvamos a la esencia, Nico tenía la puerta cerrada este verano y él mismo la ha abierto para luego volver a cerrarla tirando la llave, y aunque nos pese tampoco merecía vestir de blaugrana, porque como decía el maestro Cruyff el que dude ya no nos sirve y Nico ha hecho algo más que dudar, y pierde más él mismo que el Barça.
Cabeza fría, orgullo y confianza plena, porque hasta el momento no hay motivos para desconfiar de un Barça que se puede mejorar pero que sigue siendo mucho más grande que cualquier jugador que exista.