Unos 2,9 millones de personas, entre las que se encontraban muchos futbolistas y una gran mayoría de fans lo felicitaron. Son esos que quizás hubieran deseado tenerlo más tiempo en su club, abrazarlo y hacerle más fotos, verlo regatear y marcar más goles. Él, Leo Messi, eligió uno: el de cabeza en la final de Roma contra el Manchester United. Aquel golazo que mantuvo al Barça en el podio de los mejores, en otra vez campeón de la Champions, otra vez el mejor del mundo. Todo un detalle para la afición del equipo donde Messi escribió las mejores páginas de su historia.
Antonella, su bella esposa, lo llamó “viejito gruñón” en una felicitación por los 38 años del que todavía continúa siendo el mejor futbolista del mundo, y en la que tras la broma le lanzó los mejores piropos: “El mejor papá, el mejor compañero, el mejor todo. Qué suerte la nuestra de tenerte. Te amamos”. Pero no solo ella escribió. También lo hicieron otras 36.000 personas. Me gustó especialmente un post de Som y Serem FCB, que bajo el título de “El mejor jugador del mundo”, colocó unas fotos especiales, de esas que estremecieron a más de un fans, tanto argentinos como de todas las partes del mundo.
Messi sigue demostrando en el Mundial de Clubs que se disputa en Estados Unidos que, pese a esos 38 años, no ha perdido ni calidad ni tampoco la voluntad, las ansias de seguir driblando, asistiendo y marcando goles de una factura excepcional. Tan excelente ha sido su actuación que ha terminado siendo el conductor de un Inter Miami, conformado por veteranos, a pasar a los octavos de final del Mundial, donde el calendario ha tenido el capricho de enfrentarlo a su exequipo, el PSG de Luis Enrique, hoy convertido en campeón de Europa. Todo un lujo de enfrentamiento para los aficionados, especialmente los de Miami.