Nico ha cogido las riendas de su futuro para dejarle claro al Barça que aquest any sí. El gesto del extremo del Athletic Club, que ha vuelto con las orejas gachas a reactivar el interés del pasado verano, ha servido para que Laporta le abra las puertas de par en par.

Quienes conocen al presidente saben de la importancia del gesto. Debía ser Nico quien diera el primer paso para encender de nuevo la maquinaria. El agente del futbolista visitó al director deportivo culé y él, a través de sus amigos en el vestuario, ha dejado claro que donde dijo digo, digo Diego, y su voluntad vuelve a ser la de fichar por el Barcelona.

Para entender la necesidad de este gesto por parte del Barcelona debemos trasladarnos al verano pasado, cuando el propio Nico Williams le dio el “sí” al club azulgrana para después desdecirse, al ver que no le ofrecían garantías inmediatas de inscripción. Laporta se molestó entonces por la decisión del jugador, que no le dio el tiempo necesario para solucionar el embrollo.

Tras este capítulo, once meses después, el jugador ha vuelto con humildad, sin exigencias, proponiendo respetar el acuerdo salarial que ya tenían pactado la pasada temporada. Sin subasta. Sin pujas con el Bayern ni con el propio Athletic Club. Ese es otro de los detalles que han gustado en Can Barça: conocer desde el inicio el monto económico de la operación.

A nivel deportivo, el fichaje de Nico Williams cuenta con el visto bueno de Hansi Flick. El desborde que aporta el extremo vasco y su juventud son puntos a favor en la carrera por hacerse con el puesto en la banda, un duelo en el que también participan Luis Díaz (28 años) y Marcus Rashford (27).

A nivel económico, pocas piezas en el mercado actual ofrecen una relación calidad-precio como la de Nico. Su solvencia, demostrada cuando se junta con Lamine Yamal en la selección, contrasta con los 60 millones de euros fijados por su cláusula. Esa cantidad es una ganga para un jugador de sus características.

El Barça se ha marcado precisamente esa cifra para reforzar la banda, lo que juega en contra de Luis Díaz, quien tiene un pacto con el Liverpool para salir si llega una oferta cercana a los 80 millones, cantidad a la que el club catalán no está dispuesto a llegar.

El único hándicap económico del fichaje de Nico Williams es la negativa del Athletic Club a negociar los plazos de pago. El Barça deberá abonar los 60 millones de forma íntegra, en un único pago, y para ello probablemente necesite buscar financiación. Ya la temporada pasada el club estaba dispuesto a solicitar un crédito para hacer frente al pago de la cláusula, y en ese sentido, el presente también sonríe a la cúpula económica azulgrana.

Precisamente esta semana, la agencia de calificación crediticia Morningstar DBRS ha mejorado la nota del Barcelona. Esto ayudará al club a obtener una póliza de crédito más barata que hace apenas unos días.

La agencia valora los esfuerzos del club en la contención del gasto, reconoce una importante reducción de la masa salarial (se prevé que pase del 70 % al 55 % del presupuesto a partir del próximo curso) y también destaca el potencial del nuevo Camp Nou, que situará los ingresos del club en 1.100 millones de euros a partir de 2027, cuando el estadio esté plenamente operativo.

A nivel de marketing, el potencial de Nico es infinitamente superior al de los otros candidatos. Juntar a la pareja de moda de la selección campeona de Europa, Lamine Yamal y Nico Williams, es un auténtico pelotazo. Los dos amigos son íconos de la Generación Beta, la que vive a medio camino entre la vida real y la virtual. Verlos bailando y haciendo TikToks en el córner del Camp Nou mientras celebran sus goles es una triple conquista: la del césped, la de la pantalla y la de los patrocinadores.

A nivel deportivo, económico, social y de marketing, el de Nico Williams es un fichaje de manual. El único inconveniente era saber si el tren tendría una nueva parada en Barcelona. Ahora que el extremo espera con la maleta en la estación, todos los caminos conducen a Nico Williams.