"Hay trenes que solo pasan una vez", eso decía Laporta sobre Luis Díaz hace unos meses en Dortmund, pero ahora la situación ha cambiado.

Me dicen que tras hacer balance de la temporada y viendo la insistencia de Deco en fichar una alternativa para Raphinha y Lamine Yamal, el Barça vuelve a plantearse pagar la cláusula de 58 millones de euros por el futbolista vasco. Ante la dificultad que supone el fichaje de Luis Díaz y una vez superada la decepción del verano pasado, el nombre de Nico Williams vuelve a coger empaque en los despachos del FC Barcelona.

Con solo 22 años, Nico combina verticalidad, desborde y velocidad, características que este año se han echado de menos en el equipo. Su rendimiento con el Athletic Club y con la selección española ha sido excelente, y su perfil encaja perfectamente con lo que busca Flick. Además, Nico conoce bien la Liga y su estrecha relación con jugadores como Pedri, Gavi, Balde y, sobre todo, Lamine Yamal, facilitaría su adaptación al vestuario.

Nico es un jugador carismático y que genera ilusión. Es mucho más que una apuesta de presente y futuro, también sería un golpe directo a los rivales del Barça.

De este modo, la famosa frase de Laporta hoy ya es un "hay trenes que también esperan a algunos pasajeros", y uno de ellos es Nico Williams.

Sí a Frenkie, pero con matices

Frenkie De Jong ha completado una temporada que ha ido de menos a más, pasando de la incertidumbre a la confirmación. El inicio no fue fácil, las lesiones marcaron su rendimiento durante los primeros meses y alimentaron las dudas sobre su continuidad. Pero con la insistencia de Hansi Flick y su mejora táctica y física, De Jong ha vuelto a ser ese futbolista que lidera con inteligencia, control y serenidad.

El neerlandés se ha convertido, de nuevo, en una pieza indispensable para el técnico alemán, y también ha vuelto a ganarse la confianza de una afición que le había dado la espalda. En este tramo final de temporada, De Jong ha demostrado que su talento y liderazgo pueden ser claves para el futuro del Barça más allá del 2026.

Ahora bien, hay una realidad económica que no se puede ignorar. El contrato de De Jong, heredado de la era Bartomeu, es desorbitado y está completamente fuera de mercado. En un Barça que lucha por la sostenibilidad financiera, es imprescindible adaptar esas condiciones a la nueva etapa.

Si no hay acuerdo, el club no puede descartar escenarios alternativos, incluida una posible venta este mismo verano. Hay que evitar, por encima de todo, vivir un caso como el de Dembélé. Frenkie De Jong merece seguir en el Barça, pero solo si lo hace en sintonía con el proyecto actual.

Ter Stegen debe salir

La llegada de Joan Garcia al Barça ha sacudido los cimientos de la portería azulgrana. El hasta ahora indiscutible Ter Stegen se encuentra en una situación delicada, casi inédita desde que se hizo dueño de la portería del Camp Nou.

No se trata solo de la irrupción de un joven portero con personalidad y proyección, sino también del desgaste de una figura que, a pesar de sus años de servicio, ya no transmite la misma seguridad.

Más allá de la lesión que lo ha mantenido apartado buena parte de la última temporada, el nivel del alemán hace tiempo que genera dudas. A todo esto, ahora también hay que sumarle lo que hasta ahora era un secreto a voces: su comportamiento dentro del vestuario está lejos de ser ejemplar. Ter Stegen no ha sido el líder positivo que se espera de un capitán, y eso también puede pasarle factura.

El Barça, en plena reestructuración deportiva y económica, le ha abierto las puertas de par en par, pero su contrato hasta 2028 y los 42 millones de euros pendientes hacen que el escenario sea casi imposible. Es el último gran contrato de una era pasada, la de un club que pagaba como si fuera rico, cuando ya no lo era.

La pregunta ya no es si debe salir, sino cómo y cuándo puede hacerlo. Y mientras esperamos respuestas, Joan Garcia está a punto de llegar. El de Sallent también tendrá un gran reto por delante; esperemos que lo supere con éxito y muchos títulos.