El gran Juan Carlos Unzué, más allá del legado que nos ha dejado en el terreno de juego, sigue generando reflexiones para enmarcar que debemos llevar grabadas a fuego. Una de las últimas, de las más acertadas que nos ha regalado últimamente, va sobre el arbitraje: "Hablad menos de los árbitros y centraos más en el fútbol". Y, luego, añadió la siguiente valoración: "Siento que estamos muy centrados en todo el tema arbitral y yo sé, por experiencia, no porque haya sido árbitro sino porque me han tenido que arbitrar, que ser árbitro es complicadísimo, muy complicado".
Unas declaraciones, pronunciadas en El Larguero el pasado mes de abril, que son importantes recordar ahora que baja el suflé de la actualidad diaria. Ahora que el calendario de partidos nos lleva a tener más tiempo para reflexionar sobre el tipo de periodismo deportivo que hacemos entre todos.
Lo mismo pasa, en otro orden de cosas, con la hora en que empieza el mercado de verano. ¿Hasta cuántas portadas serán capaces algunos medios de llenar cada día con fichajes absolutamente falsos que nunca llegarán? Conté, hace cinco veranos, que uno de los medios más referentes en Barcelona, llegó a dedicar 12 portadas a 12 jugadores distintos, especulando que llegarían y nunca fue así.
Unzué es una de las últimas voces acreditadas y sensatas que rehúsa entrar en un circo mediático cargado de mentiras. Tiene las cosas muy claras: en el terreno profesional, pero también en el personal. Sobre cómo llevar su enfermedad y qué desenlace darle ha sido taxativo en sus declaraciones y le honra la capacidad de entereza que supura en cada una de sus reflexiones. Sea cual sea.
El tirón de orejas que nos dio a todos los periodistas con el arbitraje responde a un ser sensato que, lejos de defender a un colectivo, intenta defender y dar valor a otro: el del periodista que no pierde su tiempo en auténticas chorradas. Una lección más de Unzué. Un aprendizaje más que debemos valorar que siga queriendo regalarnos a todos. Porque, ya que estamos, también es bueno recordar que sigue tratando a los periodistas con un respeto que, en un momento clave, no se le dio a él.
Cuando fue diagnosticado de ELA en el año 2020, convocó una rueda de prensa desde las instalaciones azulgranas para explicarlo. Todos lo sabíamos, pero alguno/a periodista decidió saltarse la información embargada y la ética de nuestra profesión para ser el primero/a en dar la noticia. Antes, incluso, que él. Una auténtica asquerosidad que, pese a ello, no le influye para seguirnos tratando con respeto y atendiendo nuestras solicitudes. Gracias, Juan Carlos.