Una de las partidas más importantes que se juega Deco para la próxima temporada es cerrar el debate generado con la portería. Igual que en su día Andoni Zubizarreta tuvo el reto de llevar a Ter Stegen y gestionar la marcha de Claudio Bravo, cuando era director deportivo del club azulgrana, la tarea actual vuelve a ser igual de pesada. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Es muy fácil abrir el melón de la especulación y llenar portadas con fichajes imaginarios. Lo que se debe prevalecer, antes que nada, es analizar los tres porteros y el momento por el que pasan. ¡Vamos a ello!

Iñaki Peña, tal como avanzamos para Culemanía, es el gran descartado. Hansi Flick no confía en él desde el minuto cero y la dirección del club tampoco. Pese a no dar la nota, se considera que es un jugador de corto recorrido, demasiado inmaduro para asumir galones y que puede diluirse en el corto plazo. Una lástima, pero los entendidos y los que le siguen en su día a día, coinciden con esta argumentación. Además, con el crédito que tiene Flick, su palabra va por encima de cualquier esperanza que pueda tener el jugador.

En segundo lugar, tenemos a Ter Stegen, la gran última vaca sagrada de la época dorada de Leo Messi y compañía. Es evidente que está flojo y es normal que su recuperación todavía no haya alcanzado su máximo. Pero la actitud, dentro y fuera del campo, también es importante. Y, en este caso, no convence. Las ansias de protagonismo que ha tenido, el querer salir a la palestra mediática de forma gratuita cuando todavía estaba de baja y el negarse a aceptar que los años pasan y pesan son argumentos para empezar a descartarlo como un auténtico líder de la portería. El debate en torno a esta posición no existía a principios de temporada, pero si ahora se ha generado es porque todo el mundo sabe que el alemán ya no volverá a su esplendor. En estas, hace falta llevar a cabo dos ejercicios: el primero, que él mismo entienda y acepte bajarse del ego. Y, en segundo término, tener un compañero de futuro que se sienta apoyado por él.

Para terminar, nos queda el fumador, Wojciech Szczęsny. La imagen del polonés nos sugiere que está de vuelta en esta vida. Es evidente que las formas públicas son importantes y debería mesurarlas. Aunque igual de cierto es que de puertas para dentro es uno de los profesionales más estrictos con él mismo y con más motivación para entrenar y dar de sí ante todo lo que le pide el míster. Por todo ello, Hansi Flick lo sigue apoyando y defendiendo a capa y espada: ya lo hizo cuando llegó sin discutirle la titularidad ante Iñaki Peña y su intención es seguir haciéndolo si no hay grandes cambios que convenzan que es mejor romper el idilio entre ambos. A día de hoy, el polonés está mejor situado que Ter Stegen ante los ojos de Flick y esto es lo que cuenta.