Por circunstancias muy diferentes, Ronald Araújo y Alejandro Balde han sido los grandes señalados de esta semana. Uno ha tenido incluso que restringir las opiniones en sus redes sociales ante el alud de críticas y exabruptos recibidos tras su partido en Milán, mientras que el otro aún se le espera en la vuelta de la Champions, dejando en el aire su nivel de compromiso con el equipo.
No hay duda de que Araújo es el caso más llamativo y el que ha levantado más ampollas entre la afición. Y es que su partido ayer en San Siro fue simplemente nefasto, con dos errores groseros que abocaron al equipo a la eliminación. El problema del charrúa es que es reincidente: el año pasado, su expulsión en los primeros minutos, llevó al equipo a un cul de sac ante el PSG.
Además, Araújo soporta muy mal las críticas, como demostró este martes en zona mixta, donde rebatió, de muy malas formas, la pregunta de un compañero sobre sus errores individuales en las acciones del tercer y el cuarto gol. Lamentablemente, el ensañamiento fue mucho más allá: el uruguayo se vio obligado a restringir el acceso a sus redes sociales ante el alud de insultos que se abocaron contra él nada más acabar el encuentro.
Evidentemente, hay que lamentar y denunciar este tipo de situaciones: nadie se merece ser insultado, por muy grave que sea lo que haya hecho. Pero también hay que asumir que al ser un personaje público se corre el riesgo de pagar una serie de peajes que alguien anónimo está del todo liberado.
Lo que parece claro es que los caminos entre Araújo y Barcelona están cada día más cerca de separarse. El charrúa está incómodo con el sistema defensivo tan adelantado impuesto por Hansi Flick, se le ve perdido y con muy pocos recursos; además, el Barcelona necesita dinero fresco para afrontar otras operaciones este verano. La renovación de cara a la galería que se certificó este enero fue simplemente un stand bye a la espera que llegue una oferta interesante para todas las partes.
Y si Araújo ha sido uno de los grandes señalados de la eliminación en semifinales, el otro nombre propio que ha quedado tocado es Balde. Se esperaba que el lateral llegara a la cita en Milán, pero finalmente se quedó a medio camino, tras no recuperarse a tiempo de una lesión en los isquios. Se habló, en un principio, de tres semanas de baja, pero este fin de semana se cumplirá el mes y ya veremos si llega o no al clásico. Lo que está claro es que mientras jugadores como Lewandowski, Lautaro o Pavard lo daban todo hasta el último minuto con el fin de llegar a la cita del martes, Balde se quedaba en Barcelona, viendo el partido desde el sofá de su casa.
Pero, como no hay mal que por bien no venga, al canterano le ha salido un duro competidor en el carril izquierdo. Y es que Gerard Martín lleva dos semanas firmando unos partidos superlativos, consiguiendo el MVP ante el Valladolid y siendo uno de los más destacados en San Siro, con dos asistencias incluidas.
Con este escenario tan abrumador, el regreso de Balde al once se atisba complicado. Primero, porque hay un jugador que está en mejores condiciones que él y segundo, porque el riesgo de recaída en una lesión es los isquios es alto. Y lo que ha demostrado Alejandro es que no está dispuesto a asumir riesgos. Si no lo hizo en la final de Milán, no vemos por qué lo ha de hacer ahora en el clásico. Así pues, Balde empezará en el banquillo este domingo en el mejor de los casos. Así podrá disfrutar in situ de las evoluciones de un chaval que parece que tiene ganas de comerse el mundo y que está dispuesto a convertir su vida en un infierno a partir de ahora.