Con una victoria por la mínima ante el Mallorca, los de Hansi Flick lograron sumar tres puntos vitales que obligaban al Madrid a no fallar para no quedarse atrás en la lucha por el título. La noche del martes en Montjuïc podía parecer un trámite pero, en realidad, nos dijo muchas cosas sobre el momento que vive el equipo.
Sin el acierto de cara a portería que hará falta tener en la final de Copa, el Barça mostró una versión sólida, con tramos de muy buen juego y una actitud competitiva que me encanta. Flick, consciente del desgaste y con la cabeza puesta en el Clásico, apostó por una rotación masiva y dio descanso a algunos de los pesos pesados para dar minutos a los secundarios con ganas de reivindicarse.
Fue el caso de Ansu Fati y Héctor Fort, los enfadados que tuvieron su oportunidad. Flick les dio la confianza que pedían y, aunque la jugada le salió bien en términos colectivos, ninguno de los dos acabó de demostrar que el entrenador estaba equivocado. Todavía están lejos de poder entrar en dinámica.
Aun así, la victoria suma y mucho en un momento clave de la temporada donde, el Barça, parece llegar con las ideas muy claras y la ilusión intacta.
Por ortro lado, el Madrid también sumaba tres puntos vitales en el campo del Getafe con una victoria por la mínima en un duelo más pragmático que brillante. El protagonista inesperado fue un Arda Güler que segundo gol del curso, sigue reclamándole más minutos a un injusto Carlo Ancelotti. El exjugador del Fenerbahçe, que estuvo a punto de ser azulgrana, fue el único capaz de decantar la balanza.
Bueno, él y también el de siempre… Thibaut Courtois. El belga, en su línea habitual, volvió a ser decisivo. Sus intervenciones sostuvieron a un Madrid demasiado frágil defensivamente y que fue incapaz de controlar las embestidas de un Getafe combativo pero poco acertado.
Pero no todo fueron buenas noticias. Las lesiones de Alaba y Camavinga, que se perderán la final de Copa contra el Barça, suponen un nuevo contratiempo mayúsculo para Ancelotti. El técnico italiano ve cómo se reducen las alternativas en un momento clave de la temporada.
A pesar del triunfo, el Madrid sigue generando dudas. Sin un plan de juego claro y con una dependencia excesiva de las individualidades, el equipo necesita algo más si quiere ganar el sábado la final de Copa contra el Barça. A día de hoy y, aunque digamos que los momentos y las etiquetas no sirven de nada antes de un Clásico, la realidad es que el Barça está a años luz del Madrid y, yo, no descarto que veamos una nueva goleada azulgrana.