El Barça ya conoce el adversario que le espera en la final de la Copa del Rey. Para ello tiene que liquidar al Atlético de Madrid. El último duelo contra los de Diego Simeone fue resuelto de forma espectacular, con cuatro golazos que sirvieron para alejar a los colchoneros de la lucha por el título liguero. Es un trámite difícil, pero el Barça es superior. En defensa y en ataque. En confianza y en mentalidad. En posesión de balón y en la lectura de los partidos.
La afición azulgrana no tiene que pensar en un traspié. Cierto que esta competición acostumbra a dar sorpresas, y que el Barça resultara eliminado esta noche sería una de ellas. Pero la final está al alcance del Barcelona, mucho más que del Atlético. Hoy en día el equipo de Hansi Flick puede con todo. Las dudas podrían centrarse en el arbitraje, pero hasta eso lo está superando el líder de la Liga. Está ganando sus partidos sin shows arbitrales, mientras sus rivales directos siembran sospechas tras cada victoria.
Pero dentro del clima optimista de los que abrazamos al Barça, me gusta que el Madrid sea el adversario de la final de Copa. Sufrió lo suyo el equipo de Carlo Ancelotti ante la Real Sociedad y volvió a recibir cuatro goles. Al final hubo celebración pero en una prórroga que seguramente ha desgastado un poco más a varios jugadores.
Veo el título de Copa en las vitrinas azulgranas. No hay peor rival para los madridistas que el Barça. Ni el PSG, tampoco el Arsenal, el Bayern de Munich o el Inter.