Este pasado martes, Montjuïc vivió una auténtica oda al fútbol, un homenaje en toda regla a lo que debería ser un gran espectáculo digno de unas semifinales y de dos de los grandes equipos de la Liga; un Barça que jugó a un nivel excepcional, pero al que le sobraron 10 minutos (los 5 iniciales y los 5 finales), que aprovecharon los del Cholo y que lo deja todo abierto para la vuelta.
El Metropolitano no será un escenario fácil pero los de Flick han demostrado que son capaces de someter al Atlético durante la mayor parte del partido, jugando a un gran nivel y anotando hasta 3 goles en menos de 30 minutos. Una final siempre da un plus de motivación que los blaugranas queremos vivir en breve.
Sin embargo, pese a que en el Estadi Olímpic Lluís Companys se vivió un grandísimo espectáculo y que el socio lo disfrutó, en muchos momentos se volvió a poner de manifiesto que, sin la Grada d'Animació, la afición visitante parte con ventaja.
Evidentemente que viendo a los de Hansi Flick creyendo en la remontada y luchando para ello, la afición se lo cree y termina animando, pero falta un algo fundamental, el director de la orquesta, aquella grada que levantaba a la afición para que no dejaran de animar al equipo en ningún momento: la Grada d'Animació.
Montjuïc se ha pronunciado en infinidad de ocasiones a favor de su regreso, e incluso Raphinha habría ofrecido a la junta directiva pagar las supuestas multas de 21.000 € para que la grada de animación pueda regresar, pero sin éxito, por lo que todo apunta que no estamos ante un problema económico, sino un asunto personal, uno más.
Tanto Joan Laporta como la grada de animación deben entender que hay un algo muy superior a ellos que todos defendemos y que está por encima de todo: el FC Barcelona.
Si queremos que Montjuïc (y el Camp Nou en breve) sea una caldera que impresione a los equipos visitantes y deje mudos a sus aficionados, ambas partes están obligadas a entenderse; que vuelva la grada de animación es indispensable para el bien común y un acuerdo con la directiva de Laporta calmaría las aguas con un win-win donde todos ganan y nadie pierde, pues no debe existir ningún derrotado en esto sino un beneficiado único: el Barça.
El anuncio de Laporta de que buscarán una nueva grada de animación con una empresa externa ha sido un duro golpe para los que pedimos diálogo, transparencia y que queremos lo mejor para el Barça, y muy recomendable que ambas partes se sienten conjuntamente, se escuchen, hablen y pacten antes de que esto se convierta en un mal endémico y nos lleve a más “ismos”.
El entorno de Laporta no sólo está obligado a entenderse con la Grada d'Animació. En los últimos días ha sido noticia un hipotético regreso de Leo Messi, el mejor jugador de todos los tiempos, pero, si bien no parece que a nivel de equipo sea una opción viable, el jugador también se marchó muy dolido con la junta directiva, por lo que su vuelta con Laporta parece difícil.
El eterno 10 blagurana es un activo del club que está por encima de los nombres de directivos, jugadores o entrenadores, por lo que nuevamente todos están obligados a buscar puntos de acuerdo, a dejar temas personales al lado y a pensar que toda la afición culé quiere decir adiós al mayor ídolo de todos los tiempos.
La mayoría hemos soñado con un Camp Nou lleno hasta la bandera gritando el nombre del argento en un gran homenaje a Leo Messi, que debe producirse con el nuevo estadio blaugrana terminado y sea quién sea el presidente blaugrana, porque Messi trasciende de nombre y es puro Barça.
Parece difícil que Leo pueda volver a jugar regularmente de blaugrana ahora que se ha construido un nuevo equipo de futuro, pero la junta de Laporta no debería suponer un escollo para el homenaje, haya pasado lo que haya pasado hay que pensar en el bien común, y lo mejor para el Barça es un gran adiós a la altura del mejor de todos los tiempos.
Seguramente la lista seguiría, y sería de agradecer que otras leyendas como Koeman, Xavi o incluso Jasikevicius tengan una relación cordial, correcta y de afecto con el Barça, sea quién sea su presidente, que debería dar el primer paso para conseguir normalizar las cosas con los que han sido símbolos de nuestro club, sin tener en cuenta asuntos personales o decisiones complicadas que se hayan tomado.
Finalmente, la pérdida del Barça de básquet femenino es otro mazazo para los que soñamos con un club con equipos masculinos y femeninos, fruto de una cierta mala relación con el CBS, otra entidad con quién debería ser posible encontrar un acuerdo para garantizar que un equipo de la talla del Barça no deja atrás un proyecto tan importante como este.
Existen varias opciones sobre la mesa que deben ser analizadas, pero el Barça debe abanderar el crecimiento del baloncesto femenino como lo hizo en su día con el fútbol para que en unos años estemos orgullosos de animar a nuestras jugadoras, alegrarnos con sus victorias y festejar sus trofeos, un modelo que, como el de UNI Girona, demuestra que bien trabajado puede tener mucho éxito.
Puede que Laporta y su junta directiva tengan muchos frentes abiertos, pero lo mejor para el Barça es buscar puntos de acuerdo que arreglen estas situaciones; somos Més que un Club, queremos seguirlo siendo y deben trabajar para aquello que nos une y no lo que les separa, porque esto marcará la diferencia entre un club del que nos sintamos orgullosos y sea de todos y un club normal.
Este artículo está dedicado a la memoria mi abuelo Joan Escarrà, DEP.