Una de cal y otra de arena. Hansi Flick debe ser más consecuente entre lo que hace y dice de Ansu Fati. Sin lugar a dudas, Ansu Fati ha decidido coger el peor camino posible para certificar que su carrera futbolística está totalmente rota. A los problemas físicos crónicos, se suma una actitud cada vez más alejada de la profesionalidad. Sin cumplir con las exigencias que impone el staff, pero tampoco dando un plus de su voluntad si quiere revertir una situación que nunca más le permitirá disputar 90 minutos seguidos en un club como el Barcelona.
Parece que Ansu ha tirado la toalla. Causas directas a él que han favorecido esta desidia las hay: desde su padre, Bori Fati, pasando por su manager, Jorge Mendes. La ambición de su entorno hizo que no vieran los límites del jugador, incluso cuando se lesionó. Pero por encima de todo está una ficha millonaria que lo convierte en el TOP3 de los mejores pagados en el primer equipo. ¿Qué motivaciones le pueden quedar? Haga lo que haga, tiene su sueldo astronómico asegurado. Además, todos dicen que esta ficha se cerró después del adiós de Leo Messi. Y es cierto. Tan cierto como que necesitaban un recambio mediático rápido y lo vendieron como una estrella del firmamento cuando sabían, sobradamente, de los problemas físicos que ya arrastraba de la primera operación.
Y así llegamos al ahora. Ansu, perdido y Flick sin ganas de trabajar para su reinserción. Ha tirado la toalla y es comprensible. Pero lo que no se puede entender es que no vaya convocando para la Supercopa, la Copa del Rey y la Liga y, en paralelo, lo alabe. Me parece estupendo que no vaya convocado, pero entonces que sea consecuente con sus declaraciones.
Y si no, mirando por los intereses del club y teniendo en cuenta que para cada partido se convocan jugadores incluso de dos categorías inferiores, no viene de aquí y mejor maquillarlas apariencias. Como bien ha hecho para este partido de Champions contra el Benfica...