Por el momento en este 2025 la actualidad blaugrana está teniendo una intensidad descomunal, con noticias que cambian a los pocos minutos, pero con una conclusión que se mantiene: todo esto era evitable.

Ciertamente estamos contentos con que Dani Olmo y Pau Víctor puedan volver a jugar con el Barça, incluso más de que lo puedan hacer contra el Real Madrid en un Clásico, pero haber obtenido una cautelar no es ninguna victoria para sacar pecho, una cautelar para algo que debías haber hecho mucho antes, no es ninguna victoria.

El CSD ha dado una cautelar al Barça, que suspende la decisión de desinscribir a ambos jugadores, pero el tema va a avanzar para juzgar si el conjunto blaugrana tenía razón o no en la interpretación del artículo 130.2 o no, un precepto que se va a reformar este verano.

Posiblemente el Barça tenga razón, además de que no hay ningún precedente igual a este caso, por lo que es posible que consiga ganar en el fondo del asunto, pero todo esto era evitable si se hubieran hecho las cosas con un mínimo margen de tiempo y un poco de previsión.

Hoy el Barça pasa a estar enemistado con la Liga, con un Tebas totalmente enloquecido que aprovechará la más mínima excusa para hacerle pagar a los blaugranas su atrevimiento, y con varios clubes de primera división en contra, algo bastante egoísta por su parte, ya que esta decisión también les puede llegar a favorecer, y con una AFE con un silencio ensordecedor.

El Barça haría bien en tener en cuenta qué equipos están haciendo frente común en su contra y no volver a cederles ningún jugador ni tampoco tener ningún tipo de ayuda con ellos, pero visto los comunicados de varios clubes queda claro que nos esperan tiempos difíciles, campos muy hostiles y un relato ya preparado desde la central, que lo pondrá todo en duda.

Todo esto era totalmente evitable, y aunque podamos estar contentos hay imágenes que no eran necesarias, como ciertas conductas del presidente Joan Laporta, a quién le entendemos la alegría y lo mucho que habrá tenido que soportar, pero cuando representas a una entidad tan grande como el Barça hay ciertas actitudes que no se pueden tener en público.

El Barça sabía desde que inscribió a Dani Olmo y Pau Víctor que debía generar margen de fair play suficiente antes del 31 de diciembre, por lo que no es una victoria celebrar una cautelar el 8 de enero cuando has tenido 4 meses para poder inscribir correctamente a ambos jugadores y ahorrarte todo lo que se ha vivido y se está viviendo.

Por si esto no fuera poco esta semana hemos vivido otro esperpento con los abonos de Montjuïc, fruto nuevamente de una improvisación constante y la poca previsión en las cosas, y es que cuando se sorteó la Copa del Rey y nos deparó un Barça-Betis en casa, la junta directiva se sacó de la manga que este encuentro no estaba incluido en el abono de temporada.

Obsta señalar que esta decisión llegaba en pleno conflicto entre la junta directiva y la grada de animación, donde mayoritariamente Montjuïc se había pronunciado a favor de los grupos de animación, que igual había tenido que ver.

Cierto es que la extensión era por dos partidos más, pero los abonos incluyen todos los partidos oficiales que se disputen en casa, siendo una decisión totalmente insólita. La cosa no se quedaría aquí e iba a empeorar, porque tras la indignación inicial el club notificaba a sus abonados, posiblemente a la vista de que muy pocos iban a extender el abono para este partido, que las extensiones debían ser acumulativas, es decir, se tenían que comprar, partido a partido, pero todos los encuentros que se disputaran, y si no comprabas uno, se te cargaba si querías ir al siguiente.

Evidentemente estamos ante otro engaño más, porque el abonado de Montjuïc ya había pagado la mitad de la temporada, e ir pagando partido a partido ya era un coste mayor teniendo en cuenta que hay más partidos de local esta segunda vuelta porque lo pidió el Barça a la Liga.

Bien hubiera sido mucho más fácil que se cobrara la segunda mitad del abono en Montjuïc y, si finalmente se vuelve al Camp Nou esta temporada, que está por ver, se descontara la parte proporcional del abono del Camp Nou, y no utilizar esta jugada del pagar partido a partido de forma acumulativa para recaudar más dinero y engañar a los socios una vez más.

Parece que la presión está surgiendo efecto y por el momento el Barça-Betis pasa a estar incluido en el abono, otro golpe de timón improvisado, uno más, al que ya estamos acostumbrados.

Como gran club que somos, necesitamos que el rigor vuelva al Barça, que se planifiquen bien las cosas, que se comuniquen y se diga la verdad, y dejemos de palabras vacías, golpes maestros o ruedas de prensa de la vicepresidenta Elena Fort que luego se le giren en contra.

Esta semana también hemos vivido la casi moción de censura, la dimisión de Juli Guiu de la junta directiva, nuevamente noticias extradeportivas que sitúan a la junta de Laporta en el foco de la diana y causan malestar. Hagamos las cosas bien, con criterio, porque tenemos muchos motivos para estar contentos y para estar al lado de nuestro club, siempre que se trabaje como se debe y se actúe correctamente.