El corte de mangas es un gesto muy recurrido y recurrente en la historia. Se cuenta que fue en la época romana cuando se empezó a utilizar. Lo hacían especialmente los prostitutos a fin de denotar la disponibilidad de sus servicios. Evidentemente, su significado fue cambiando con el paso del tiempo, acabando por ser un gesto provocador que busca denigrar al receptor.
Hasta ahora, el corte de mangas más sonado en el mundo del fútbol lo había protagonizado Bernd Schuster en la final del Copa del 1982 en La Romareda, cuando un testarazo espectacular de Marcos Alonso ponía el 2-1 a favor del Barcelona contra el Real Madrid. El temperamental teutón no dudó en celebrar el gol dedicando dos contundentes 'butifarradas' al rival. No fue el único blaugrana que recurrió a los cortes de manga en un Clásico. Casi veinte años más tarde, un brasileño, Giovanni, hacía lo propio tras marcar el 2-3 en el Santiago Bernabéu, en esta ocasión completó hasta tres 'butifarradas', ante la mirada atónita de la afición madridista.
Siguiendo con esta tradición tan culé, Joan Laporta ha querido sumarse a estos desquites temperamentales, aprovechando su euforia desatada tras conocer que el CSD le concedía la cautelar en los casos Dani Olmo y Pau Víctor. El presidente, que llegaba al King Abdullah Sports City sacando más pecho que un pez globo, se abrazaba efusivamente con su asesor, Enric Masip, para seguidamente hacer un sonoro corte de mangas, con grito gutural añadido. La diferencia principal entre su 'butifarrada' y la de los dos anteriores ejemplos citados no había sido la rabia ni la contundencia, sino la premeditación. Mientras que las de Schuster y Giovanni eran improvisadas, la de Laporta era meditada y pensada, con una cámara de TV3 como testigo. Su mensaje era tan rotundo como transparente: ¡Qué os den!
Una reacción que ha levantado ampollas entre sus enemigos y aplausos entre sus amigos. Un gesto que será una de las imágenes del año y eso que no llevamos ni diez días. Una 'butifarrada' a la Liga y a la RFEF y seguramente a muchos más protagonistas ocultos que han intentado impedir que Olmo y Pau siguieran jugando en el FC Barcelona.
Habrá que ver cómo acaba este sainete: a nadie se le escapa que la historia no se ha acabado. Seguramente Laporta tendrá unos cuantos más cortes de mangas guardados en la recámara para los próximos capítulos de esta emocionante serie, porque sólo un iluso puede pensar que hemos visto el capítulo final. Un show runner que se precie ya estaría escribiendo hasta los episodios de la segunda y la tercera temporada, porque material y contenido gráfico va a tener a raudales.
Eso sí, Laporta ha de darse prisa si quiere seguir acaparando la atención mundial porque a partir del 20 de enero le va a quitar protagonismo otro personaje histriónico, pero mucho más peligroso y temerario. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca va a dejar en pañales cualquier iniciativa del presidente blaugrana. Para empezar, el ínclito mandatario ya ha amenazado con invadir el Canal de Panamá, apropiarse Groenlandia a la fuerza si hace falta y cambiar el nombre de Golfo de Méjico por Golfo de las Américas. Con amenazas de este calado, no sería una mala iniciativa que el resto del planeta le hiciera un corte de mangas universal a tan infame personaje. Y si quieren algún modelo de cómo ejecutarlo de manera correcta, el estilo de Laporta es una muy buena manera de empezar.