Sin lugar a dudas la noticia de este fin de año, que ha sacudido al FC Barcelona y a su entorno, es la no inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor antes de las 23:59h del 31 de diciembre. Ha supuesto la retirada de las fichas de ambos jugadores con el Barça y un fuerte lío de artículos, normativas, fechas y peticiones.
Pase lo que pase en las próximas horas o días, el club ha hecho un ridículo histórico, después de meses en los que se había vendido que la inscripción de Dani Olmo parecía un mero formalismo y habiéndote gastado 60 millones en su fichaje como gran estrella este verano. Ahora mismo puede salir libre cobrando la totalidad de la ficha (unos 48 millones).
Un club como el FC Barcelona no puede permitirse que, durante las campanadas, todos los que seguimos asiduamente su actualidad, estuviéramos con las uvas y con el móvil, esperando la noticia de la inscripción de dos jugadores del primer equipo, una imagen nuevamente de pura improvisación y de falta de planificación.
Tanto Dani Olmo como Pau Víctor han dejado de tener ficha con el Barça y ahora todo dependerá de la interpretación de los artículos o de una posible medida cautelar de un juez, otra situación que un club como el blaugrana debía evitar para no dar la imagen actual, donde se depende más de voluntades ajenas que del trabajo del Barça.
Seguro que la Liga ha endurecido sus criterios y requisitos y prefiere a otro club que al Barça, pero eso no es excusa para que la directiva no haya hecho los deberes antes del 31 de diciembre, que era la fecha inicialmente límite. Tampoco que no se hayan activado otras opciones que se podían utilizar.
El intento de cautelar utilizando la legislación laboral fue absurdo, más cuando se dijo públicamente que era un truco legal, usando el caso de Gavi que no era comparable a Olmo o Víctor, ya que Gavi tenía ficha del filial y podía seguir jugando con el Barça mientras que ahora estamos ante fichajes.
La segunda vía fueron los palcos Vip del Camp Nou, que se vendieron de prisa y corriendo. En verano se nos dijo que no iban a hacerlo porque las prisas no son buenas consejeras y querían el mejor contrato con Nike. No nos vale que los argumentos que se usaron para un contrato de 10 años con tu sponsor de ropa deportiva ahora no sirvan para vender a mitad del precio inicial --unos 100 millones-- unos palcos Vip del estadio para los próximos 20 años. No es de club serio y con mirada al futuro.
Evidentemente, desde el barcelonismo no estamos entendiendo el Fair Play financiero y deberían explicarlo mejor, ya que el Barça ha hecho esfuerzos ingentes para mejorar la situación sin que nada parezca que haya cambiado, pero hemos estado meses esperando para regresar al 1:1 sin que haya ocurrido y sin que se haya intentado otra opción como los avales que evitara esta situación.
Dani Olmo llegó este verano como el gran fichaje, una operación ruinosa si se confirma que no puede volver a tener ficha con el Barça esta temporada, más cuando para conseguir su llegada e inscripción el club decidió prescindir de Gündogan. Si en verano ya se sabía que esto iba a pasar, mejor hubiera sido dejar las cosas como están y evitar este desastre.
Por su parte el club insiste en que podrán ser inscritos, aunque comunicativamente no se haya dicho nada de nada, limitándose a un comunicado en el que el Barça solicitaba una nueva ficha para Olmo y Víctor y dejando a Hansi Flick capeando el temporal en la sala de prensa.
Veremos si el artículo 130.2 del reglamento se interpreta favorablemente o no, teniendo en cuenta que el Barça no les ha retirado la ficha ni han dejado de formar parte del equipo, aunque la norma es clara con que un jugador no puede tener dos fichas con un mismo equipo en una temporada. Y teniendo en cuenta, además, que varios equipos han amenazado con ir a los tribunales si la Liga y la RFEF permiten la inscripción por un trato de favor.
De bien seguro que no puede existir fuerza mayor, por cuanto hace meses que el Barça sabía que debía inscribir a los jugadores y que los festivos por las vacaciones de Navidad son altamente conocidos por todo el mundo, por lo que no existe fuerza mayor alguna, son previsibles y evitables perfectamente.
Y cuando parecía que la cosa no podía ser peor, va y se anuncia la vuelta de Thomas Heurtel al Barça, un jugador que había negociado con el Madrid a espaldas del club y que Jasikevicius dejó en fuera del equipo en el aeropuerto, una decisión totalmente incomprensible.
Sin embargo, el caso daría una vuelta más, cuando, ya con el jugador y su familia en Barcelona, Laporta dio marcha atrás a la operación (aunque los Dracs parece que lo habían aprobado). Es otro movimiento que deja al club en muy mal lugar, faltando a su palabra, aunque era preferible que Heurtel nunca más volviera a jugar con nuestra camiseta, pero evidentemente no de este modo.
Pase lo que pase la imagen del Barça quedará tocada, por improvisación, por no hacer el trabajo cuando toca y por la nula comunicación del club, en el que imperan más las huidas hacia adelante y los golpes de timón que las buenas gestiones del día a día y se dejan los deberes para el último día.
La oposición a Laporta espera la resolución del 'caso Olmo', y si se confirma el desastre de que el fichaje estrella no puede jugar y es libre para firmar con el equipo que quiera, muy probablemente viviremos otra moción de censura, con más inestabilidad que la que ya teníamos con el Fair Play, la no vuelta al Camp Nou o la salida de la grada de animación de Montjuïc.
Evitemos estos ridículos, el Barça bien lo merece y, especialmente, trabajemos el día a día con el rigor que un club como este necesita.