El buen momento de juego y resultados del FC Barcelona de Hansi Flick --líder en solitario en la Liga y en posiciones de clasificación directa en la Champions-- no esconde algunas realidades que siguen enquistadas y que ni el técnico alemán, capaz prácticamente de revivir un muerto si se empeñara, ha sido capaz de revertir.

Estamos hablando de la situación más que preocupante de tres futbolistas, que ya sea por una cosa u otra, están cavando su tumba futbolística a paladas. Tres jugadores incapaces de remontar el vuelo y que parecen abonados a día de hoy al 'fracaso' sin paliativos.

El primero, y más recalcitrante, es Ansu Fati. Un futbolista que tenía todo para convertirse en una leyenda blaugrana --talento, juventud, desparpajo, ambición y gol--, pero que una serie de malas decisiones acabó por dar al traste tan fulgurante carrera. No se trata ahora de señalar a los culpables, como parece que el cirujano Ramon Cugat se ha empeñado en remarcar, ahondando en una mala recuperación de su rodilla por parte de los responsables médicos del club blaugrana, sino de constatar que cada día que pasa la solución está más lejana.

Con contrato hasta el 2027, y exhibiendo el 10 en la espalda, Ansu es ahora mismo una sombra del jugador que fue. Sólo un partido titular en lo que llevamos de temporada demuestra claramente que estamos ante un juguete roto. Su alta ficha además condiciona y mucho las opciones de buscarle una salida: este verano ya se intentó de manera infructuosa, ya que sólo el Sevilla estuvo interesado en una cesión, pero cubriendo sólo el 25% de los emolumentos.

Detrás de Fati, el otro caso que clama al cielo es Frenkie de Jong. Desde que llegara al Barcelona hace seis años, su nombre siempre ha ido acompasado por una cierta frustración, a la espera de disfrutar de aquel futbolista total que deslumbró en el Ajax. Tras un mal año por culpa de sus problemas con el tobillo derecho, parecía que la llegada de Flick podría brindarle una nueva oportunidad para demostrar todo su potencial. Pero se ha quedado a mitad camino, con algún partido destacable -su segunda parte en el Clásico- y con otros, los más, para olvidar. Su coartada de que aún no está al cien por cien empieza a agotarse, con el club cada vez más harto por su ninguneo absoluto a la hora de cerrar una renovación, abriéndose cada día más la puerta a una salida a la francesa, sin que el Barcelona vea un euro.

El tercero en discordia es un jugador al que se le sigue esperando: Ferran Torres. En su caso, todavía hay una cierta incógnita sobre si el demiurgo Flick podrá moldear en el internacional español. Si bien, antes de la lesión, su juego seguía los parámetros de años anteriores: mucha lucha y trabajo, poca eficacia y resolución. En todo caso, dentro del club, aún no se ha perdido la esperanza de que Flick pueda obrar un nuevo milagro y recuperar a un jugador que llegó a 'enamorar' a Guardiola.

Tres jugadores que van en clara disonancia al resto de sus compañeros y que no sólo apuntan a ser carne de cañón en el banquillo, sino también en el mercado, ya sea en algún caso este invierno o directamente para el próximo verano.