La directiva del Barça encabezada por Joan Laporta someterá a la aprobación de los socios compromisarios del club en la asamblea unas cuentas de la temporada 23/24 con 91 millones de pérdidas, que no reflejan la situación económica real del club, según el criterio del Auditor que ha emitido un informe lleno de salvedades y excepciones, con la recomendación de deteriorar todavía más la palanca de Barça Vision por los impagos de los inversores y la ausencia de un plan de negocio creíble. Eso supondría que las cuentas del ejercicio deberían reformularse y arrojar unos 350 millones de pérdidas en lugar de los 91 millones declarados.
Los grupos de opinión de socios del Barça han recomendado, pública y unánimamente, a los socios compromisarios que asistirán el sábado a la asamblea que no aprueben las cuentas de la directiva de Laporta, no porque la gestión haya dado pérdidas, sino porque estas cuentas formuladas por la directiva son engañosas, según la postura del auditor, que es un certificador independiente que las ha examinado.
Es por ello, que se hace más necesario que nunca conocer la opinión de la Comisión Económica del Club, órgano colegiado de carácter consultivo, integrado por seis socios del Club de prestigio reconocido y experiencia en la gestión económica y de patrimonio,que debe emitir un informe evaluando la gestión económica de la junta directiva y dictar recomendaciones para proteger el patrimonio del club. Es un órgano que se debe a los socios, no a la directiva. En todas las últimas asambleas del Barça, siempre se ha incluido en el orden del día la presentación del informe anual de la Comisión Económica antes de que los socios votaran las cuentas. Sin embargo, la directiva de Laporta ha suprimido este punto, misteriosamente, para la asamblea del sábado, cuando más necesario parece. ¿Qué quieren esconder a los socios?.
El artículo 58. C. de los Estatutos del club obligan a la Comisión Económica a “elaborar y entregar a la Junta Directiva, previamente a la celebración de la Asamblea, un informe sobre la situación económica del Club y las cuestiones en este ámbito que estime relevantes en cada ejercicio”. Y además añade que “en caso de que el informe de auditoría anual incluya incertezas no cuantificadas, el informe deberá hacer una estimación de las mismas”, que es precisamente el caso que nos ocupa.
Es decir, la Comisión Económica no solo debe emitir el informe sobre la gestión de la directiva de Laporta, que ha cerrado con 91 millones de pérdidas, sino que también debería incluir su estimación independiente sobre la valoración de Barça Visión y si creen que vale 408 millones, como mantiene la junta, y que los auditores ponen en duda, cuando es una filial que solo ha facturado 76.000 euros, los inversores que hay se venden sus participaciones, como Orpheus Media de Jaume Roures, otros que están no pagan, como Líbero, se abortó su salida a bolsa y no existe un plan de negocio creíble. Si los miembros de la Comisión Económica del Barça no quieren poner en peligro su prestigio deberían hacer público su informe, inmediatamente, antes de la asamblea del sábado para el conocimiento de los socios, que son los auténticos propietarios del club, ya que Laporta ha suprimido la presentación de su informe en la asamblea del sábado. Tratar de ocultar el informe ya es muy significativo.
La actual Comisión Económica del club está formada por: Joan B. Casas (presidente), ex decano del Colegio de Economistas de Cataluña; Júlia Bosch i Jou, miembro de la Sociedad Española de Economía del Deporte; Carme Hortalà Vallvé, directora general de GVCGaesco; Jaume Carrasco i Nualart, secretario del consejo de la empresa industrial Ergransa; Francesc Martí Palomares, auditor interno de riesgos financieros de Caixabank y Àngel Riudalbas i Codina, que es el único que forma parte de la directiva de Laporta y accionista de B&B Trends SL (Ufesa, Zelmer, Di4), empresa líder en la fabricación de pequeños electrodomésticos. No olvidemos que Eduard Romeu, que formaba parte de esta comisión económica, dimitió hace unos meses. Y que el anterior presidente de esta comisión, Jaume Guardiola, ex Consejero Delegado del Banco Sabadell, también presentó su renuncia.
Joan Laporta ya tiene experiencia en hacer triquiñuelas contables acreditadas en el Barça. En la temporada 2009-10, dejó unas cuentas formuladas con unos teóricos 11 millones de beneficios que, tras el examen de los auditores externos que recomendaron su reformulación, fueron en realidad 77 millones de pérdidas, año en el que el tesorero del club era el economista Xavier Sala Martín. Un gol en propia puerta que Laporta intentó colar a todos los socios. La historia, ahora, se repite.