¡Guay! Debieron gritar muchos culés al ver que el jueves por fin Joan Laporta presentó al nuevo entrenador del primer equipo, el alemán Hansi Flick. Puede que haya sido la primera vez que un fichaje de un hombre tan importante para el club es presentado 58 días después de ser anunciada su contratación. No creo que haya pasado un examen previo en la intimidad o que estuviera esperando cobrar el primer sueldo para dar el sí definitivo a seguir con el equipo. Pero no deja de tener tintes de rareza el caso.
El caso es que en la presentación a la prensa de Flick, el presidente volvió a tirar de una frase, que tendría que haber guardado hace tiempo en el baúl de los peores recuerdos. Y como si la conciencia le estuviera diciendo que había sido un error prescindir de Xavi Hernández comentó: “No fue fácil porque es una persona a la que aprecio y ha escrito con letras de oro un capítulo de la historia del Barça”, y a continuación repitió la frasesita: “Pero tenemos que anteponer los intereses de la institución a cualquier persona”.
Recuerdan la última vez que dijo algo parecido. Cuando despidió a Leo Messi por la puerta de atrás. Y fijénse que bonito hubiera sido tener en este Barça al argentino que más triunfos consecutivos ha dado al club, con el que hemos disfrutado y cautivado al mundo entero, y a la última joya surgida de La Masía y considerado el futbolista que será número uno mundial dentro de poco: Lamine Yamal, el mismo que la próxima temporada llevará el dorsal 19, el mismo que al principio de emerger también llevó Messi. Qué bonito habría sido.
Pero lo bueno y positivo es que el Barça vuelve a estar en movimiento. El miércoles hubo multitudinaria reunión de barcelonistas convocada por el grupo de “Sí al Futur”, que lidera Víctor Font. Van fuerte esta vez y prometen mucho: “Juntos haremos que el mejor Barça de la historia vuelva a ser una realidad”, colocaron en las redes sociales al mismo tiempo que aseguraban que “la ola por el cambio crece día a día”. Vamos a ver si ese sueño lo hacen realidad. La pregunta es si están preparándose para las próximas elecciones o van a fiscalizar la gestión de la junta de Laporta en los próximos meses. Durante todas las apariciones de Font, el candidato derrotado en las pasadas elecciones ha hablado de falta de transparencia, pero hasta ahora no han demostrado nada.