Su bagaje como Director Deportivo del Barça deja muchas dudas. Nada más aterrizar, se marchó a Turquía y filtró a todos los medios catalanes que había cogido un vuelo para cerrar el fichaje de Arda Güler con el Fenerbahçe. El Real Madrid, con mucha más discreción y eficiencia, se movió rápido y se lo arrebató. Algo parecido sucedió con el fichaje del jugador sueco de 18 años Lucas Bergvall. Deco se reunía con él en un restaurante de Barcelona, donde aguardaba toda la prensa y youtubers del entorno Barça, para cerrar su incorporación. Al final, se lo llevó el Tottenham. Lo siguiente fue fichar a Vitor Roque por 70 millones, 40 fijos más 31 de variables. Seis meses antes, él intervenía como intermediario de la operación en una reunión que mantuvo con Alemany y Cruyff, que representaban al Barça, celebrada en enero de 2023.
En junio, y ya como Director Deportivo, lo primero que hizo fue fichar al delantero brasileño, que no ha sido convocado con Brasil para disputar la Copa América, que no ha contado para Xavi y al que se le está buscando una salida porque Flick tampoco lo quiere. Hubiera tenido más sentido dedicar esa inversión a fichar al pivote defensivo que exigía Xavi el verano pasado o para traer a Nico Wiliams, que finalizaba contrato con el Athletic y quedaba libre. Ahora, un año después, tras renovar y explotar en la Eurocopa, se plantean pagar los 58 millones de su cláusula. Fichó a Oriol Romeu e Iñigo Martínez, que han sido suplentes y están en la rampa de salida. Su gran acierto fue traer a Gundogan, que ha sido el mejor de la temporada con el Barça y sigue brillando con Alemania.
Entre tanto, reconoció a la SER haber cobrado, través de un fondo de inversión, la comisión del 10% del salario de Raphinha por sus 5 años de contrato como su representante a pesar de que ya ejercía de Director Deportivo. Al mismo tiempo, reconoció que no ha cerrado sus empresas de representación. Deco aprendió el oficio en la agencia de Jorge Mendes, a quién le está muy agradecido. Quizás por eso, el representante estrella ha ganado tanto protagonismo en el Barça, donde controla hasta 5 jugadores. Es incomprensible que en diciembre y con Joao Félix relegado a la suplencia por Xavi por su falta de rendimiento, Laporta ya dijera que quería que continuara la temporada siguiente, sin contar con la opinión del entrenador ni del director deportivo. A los clubs que se pusieron en manos de Mendes no les ha ido muy bien que digamos. Y si no que se lo pregunten al Depor de Lendorio, al Real Zaragoza, que todavía no ha vuelto a la élite, al Valencia de Peter Lim o el Wolverhampton.
En la sorprendente reconfirmación que Laporta hizo de Xavi a final de temporada quedó demostrado que el presidente tomó una decisión tan trascendental como es la elección de la figura del entrenador sin tener demasiado en cuenta la opinión del director deportivo, cuando es su máxima responsabilidad. Deco todavía no ha justificado esa ridícula marcha atrás que se dio. Para entender mejor la llegada de Hansi Flick, quizás haya que recordar que Deco aseguró a una revista portuguesa sobre el ADN Barça que “se necesita un cambio profundo, hay un método que está agotado” aunque luego matizó y pidió una rectificación.
Es curioso que el Laportismo que no paró de criticar a los anteriores dirigentes y entrenadores del Barça, como Luis Enrique o Valverde, a los que acusó de apartarse del estilo de juego del Barça a pesar de ganar muchos títulos, apuesten ahora por un técnico de la escuela alemana para que ponga todo el énfasis en la condición física. Lo del estilo y el cruyfismo ya no les interesa. Quizás, el problema haya sido la falta de acierto en los fichajes de delanteros: Joao Félix es suplente con Portugal, Ferran Torres no juega en España, Lewandoski, con 36 años, está en su declive, Vitor Roque no va ni convocado con Brasil y Raphinha tampoco tiene la titularidad asegurada en la pentacampeona. Xavi ya dijo que el problema es la falta de efectividad de la delantera actual.