Es evidente que, por mucho menos y con menos explicaciones, Mateu Alemany salió en globo. Y la comparación la remito a Deco, el director deportivo actual de Fútbol Club Barcelona que, más allá de ser un perfecto pelota del 'sí a todo', también tiene buenos enlaces de su experiencia anterior como manager y comisionista reputado del fútbol. Y eso es lo único que le queda para seguir salvándose de la guillotina que habrá, antes de empezar la nueva temporada, en los despachos azulgranas.
Hoy, Deco ha perdido la credibilidad, su entorno no le cree y la guinda del pastel es la extraña obsesión que tuvo por Vitor Roque que, con su fichaje fallido, ha firmado y sentenciado una mancha en su currículum difícil de disolver.
A partir de aquí, veremos qué futuro le depara la buena suerte que pueda o no tener.
Es evidente que el gran hombre de confianza del presidente Joan Laporta es Alejandro Echevarría. Ya lo fue en el pasado, también, con Sandro Rosell en la parte más del business personal que de club, aunque siempre le ha unido una gran relación de respeto con Laporta. Echevarría ha sido uno de los pesos pesados que defendió a Xavi hasta que la situación ya era indefendible. De hecho, gracias a su cambio de opinión, se originó la gota que colmó el vaso de la paciencia del presidente con el proyecto de Xavi.
A partir de aquí, volvemos al tema. La salida del de Terrassa ha sido muy digna, incluso me atrevería a decir que demasiado y sorprendentemente digna. Su rueda de prensa previa al Sevilla incluso me pareció excesivamente pelota con el presidente.
Y, lejos de lo que nos podamos pensar, el staff de Xavi todavía no ha hecho la clásica caja de cartón para recoger sus cosas y se han marchado. Están haciendo una transición pausada y muy profesional, impropia de cuando te han echado y de una manera tan difícil de entender. Ahora sí te quiero, ahora no te quiero. Una salida que aplana el terreno al próximo entrenador alemán, Hansi Flick, que busca apoyos y una pista de aterrizaje mínimamente calmada para situarse.
El gesto de buena voluntad de los hombres de Xavi, podría coincidir en el compromiso, por parte del club, de 'repartir las culpas' de forma más o menos inmediata e intentar llegar a un acuerdo para que, más allá de los millones que hay firmados y pactados, también se selle una tregua que no dañe, todavía más, la reputación de un Xavi que quiere seguir probando en esto de ser el míster de un banquillo.
De este modo, una buena muestra de gratitud por parte del club sería encarar un 'mea culpa' o señalar a personas fáciles de señalar, como Deco, para equilibrar las balanzas mediáticas. Sea como sea, si te echan y sigues siendo excesivamente benevolente en el discurso o queriendo ayudar al club es porque, más allá de tener educación y sangre azulgrana, algo te han prometido.