No hay ninguna duda que los jóvenes de La Masia son el futuro y el presente del FC Barcelona. La gran esperanza depositada en ellos de forma exagerada coincidiendo en unos tiempos de auténticas penurias económicas y de resultados, si seguimos al detalle los partidos de esta temporada.
Es por todo ello que se deben premiar los errores, pero también felicitar los aciertos de Xavi cuando decide poner a Pau Cubarsí en el once ante el Betis de este domingo pasado. No nos engañemos, una cosa es hacer debutar un chaval de 16 años en la Copa del Rey y otra darle tal responsabilidad en un partido de Liga. Y así lo ha hecho Xavi que, por fin, se ha atrevido a desengancharse del esquema previsto y apostar realmente por lo que sus sensaciones le marcaban: dos jóvenes, sumando a Lamine Yamal, marcando las diferencias y ofreciendo uno de los mejores partidos de los azulgranas en los últimos tiempos.
A partir de aquí, mis dudas ante el físico de los jóvenes. Un calambre suele pasar cuando un deportista es fuerte en las dos piernas. Pero más extraño es que el calambre en cuestión sea de un grado tan elevado que te imposibilite jugar después de unos minutos intentando frenar la subida de la molestia. Instintivamente, el jugador que conoce la sensación intenta estirar el músculo, gesto que ayuda a quitar el dolor. Pero si sigue, debe retirarse por riesgo a lesión tal como hizo, bien asesorado, Pau Cubarsí.
No es ninguna coincidencia que esta molestia la sufra un jugador de 16 años y no uno de 28. Aunque las causas de los calambres nunca son determinadas al 100%, Si los calambres son muy intensos, el jugador será sustituido, aunque ¿se pueden evitar? Es lógico pensar que el mantenimiento de una buena condición física pueda ayudar a la prevención de la aparición de calambres, pero un entrenamiento excesivo puede resultar menos eficaz para el mecanismo neuromuscular que bloque una excesiva contracción muscular.
Y es aquí donde debemos hacer una parada y reflexionar. Los antecedentes de jóvenes azulgranas afectados de manera sobredimensionada por las lesiones, ya los conocemos: de Pedri pasando por Ansu Fati o recientemente Gavi, aunque este último por un factor más ligado a la mala suerte que a su preparación física.
Xavi debe tener en cuenta este aspecto y los precedentes. Es compatible hacer debutar a los jóvenes y acompañarlos para que no sean la portada de un día, deben subir para quedarse en el primer equipo. Y en estas, es importante el trabajo mental, las pautas y los minutos que marque el míster, pero también la profesionalidad asistencial para asegurarse que estos cuerpos, todavía en etapa de crecimiento, sean aptos para soportar la presión física de un jugador de primera división.