Se quejan de los árbitros, por los fueras de juego que son aciertos, por las líneas, por cómo son las recreaciones de la jugada en 3D, por las decisiones que se toman correctamente, por no tener más pruebas del caso Negreira, por no tener tanto talento como en La Masía... Se quejan por todo. No entiendo este victimismo al que se ha acogido el Real Madrid, y que ha dado voz utilizando a periodistas afines y a la televisión del club como caballo de Troya. 
El "madridismo sociológico" no acepta que las cosas no vayan siempre a su favor, no concibe que no se les ponga una alfombra roja en cada partido que disputan y se indigna cuando se les trata con la misma igualdad que a los demás. Estoy muy sorprendido con esta versión del Real Madrid, y con la dimensión que están tomando sus quejas. El ambiente está demasiado crispado, su presidente tampoco ayuda a rebajarlo y noto demasiada agresividad en sus jugadores y entorno.   
Es evidente que este caldo de cultivo no favorece tampoco a un Barça que no sabe con qué se encontrará en el clásico del próximo sábado. Pero de momento, tal y como díria Pep Guardiola, el Real Madrid ya ha ganado su clásico particular. El sábado a las 16:15 horas se disputará sobre el césped del Estadi Olímpic Lluís Companys el que realmente interesa. Crucemos los dedos.

Ya huele a octavos

Era lo que tocaba, todo lo que no fuera ganar al Shakhtar hubiera supuesto dar un paso atrás e ir con una carga extra y totalmente innecesaria al clásico. La victoria del miércoles supone ser virtualmente equipo de octavos de final de la Champions y afrontar el choque ante el Real Madrid con más confianza.

El baby Barça o el Barça de circunstancias, llamadle como queráis, hizo un partido discreto pero efectivo. Sobre todo por la exhibición de Fermín, ¡qué pedazo de jugador! Es diferente y diferencial, un jugador muy inglés, con mucha llegada y box to box. Ojalá se acabe consolidando y tenga algo más de acierto de cara a portería. Puede ser un futbolista brutal.

Más allá de eso, volvimos a ver a un equipo con pocas ideas y demasiado blando defensivamente contra un equipo que tampoco hizo nada extraordinario. Pero seamos justos, con un Barça tan desnaturalizado por las bajas es difícil y prematuro sacar conclusiones. De momento, sólo mandan los resultados y tampoco podemos tener demasiadas quejas: líderes en la Champions, a un punto de los líderes en la Liga y sin conocer todavía la derrota este curso. Vaya drama, ¿no?