Y uno que llegó a creer que el amago para este lado y salida por el otro había dejado de existir. Y uno que había visto los vídeos de Garrincha donde engañaba a los defensas con unas fintas parecidas habían pasado a mejor vida, y que jugar con el balón en los pies mirando donde está situado tu mejor compañero, sin importar en absoluto lo que hace el defensa, ya solo era obra de Leo Messi, empieza a creer que ese tipo de futbolista prodigioso es posible volver a verlo. Y con apenas 16 años. Y lo tiene el Barça, que anda desesperado con el fair play, las palancas y la madre que lo parió. Y seguramente vendrán sabios que advertirán “tranquilos, es muy joven, hay que cuidarlo, mimarlo, que se fortalezca”. Que no, que este juega al fútbol de verdad, que este marea al defensa más cotizado del momento, que este chico tiene un desparpajo como el que llegó a tener Messi cuando Rijkaard le dio la oportunidad de debutar en el Barça.

Xavi Hernández, que dice que no mira la edad de los jugadores, tiene la palabra. Por Lamine Yamal, que ahora lleva el número 27 a su espalda, hay que apostar. Hay que darle ya un número entre los 12 primeros del equipo. Para qué esperar. Los lloros porque este Barça carece de un super crack cotizado tienen que acabarse. Yamal desequilibra, sorprende, deja con la boca abierta, maravilla, asombra, y ponga usted cualquier calificativo. Lo acabamos de ver en este Gamper. Es Nureyev con el balón. Ya sé que muchos estarán pensando en que estamos exagerando. No. Ese niño está pidiendo a gritos que lo dejen disfrutar en el campo porque domina la consola, los videos juegos y lo que le echen. Y porque con un balón en los pies hace lo mismo. Lamine Yamal es nuestro nuevo Messi. No desaproveches este estallido Xavi.