Jordi Alba ha sido el dueño de la banda izquierda azulgrana durante más de 10 años, que se dice pronto y no hay que restarle ningún mérito. El de L'Hospitalet se despide del club de su vida con un palmarés envidiable y un recuerdo imborrable a pesar de que también en los últimos años su rendimiento había decaído y también había generado más críticas que elogios entre los culés.
Su adiós es tan previsible como inesperado. Su adiós aleja un poco más a Messi del Barça pero nos acerca un poco más al proyecto del futuro y a la limpieza de las vacas sagradas que durante tantos años también habíamos pedido. Su salida es de las que duele pero también es de esas que aliviarán la economía del club. Muchas gracias Jordi, mucha suerte y vuelve pronto.
Koundé, como un benjamín
Me parece que Koundé no es consciente de dónde está y de la magnitud que tiene llevar la camiseta del Barça. El francés ha hecho una gran temporada jugando de lateral y ha sido pieza clave en los logros del Barça. Por el contrario, las veces que ha jugado de central ha dejado algunas dudas y creo que no ha mejorado el tándem formado por Christensen y Araujo.
Koundé no está en disposición de exigir nada. Algunos apuntan que sólo se trata de una estrategia para mejorar su sueldo y poner nerviosos al staff técnico y a la secretaría técnica azulgrana pero si la realidad es que no está dispuesto a seguir jugando de lateral derecho, mucho me temo que tendrá que buscarse otro equipo.
Si quiere irse, que se vaya. Que paguen más de 80 millones por él y que haga las maletas que seguro encontraremos alguna alternativa interesante. Esto es el Barça y el que esté descontento ya sabe dónde está la puerta. Lo suyo es una pataleta más propia de un benjamín.
Lo de Vinicius
Ahora sí. El tema Vinicius se ha convertido ya en un asunto de Estado. Y no, no me parece mal si finalmente debe servir para erradicar a todos esos energúmenos de nuestro fútbol. Lo que ocurrió en Mestalla fue asqueroso.
Se ha normalizado que los salvajes tengan barra libre en los campos de fútbol. En cualquier situación y en cualquier contexto. En Cornellà-El Prat, en Son Moix, en el Metropolitano, en el Zorrilla y también en el Camp Nou y en el Bernabéu. Sí, esta gente está en todas partes amparada por un escudo que no son dignos de lucir. El fútbol es su excusa para salir de la cueva y regresar a los tiempos de la prehistoria.
Esto es lo que tenemos, los de arriba han estado mirando hacia otro lado mientras la pelota se iba haciendo más grande y, ahora que ha estallado, es demasiado tarde para retractarse. No se salva ni uno de los de arriba. Tenemos un problema en nuestra sociedad con el racismo, el machismo, la tolerancia hacia ciertos colectivos y sobre todo un problema de falta de educación en general.