“Tengo dudas en el fuera de juego pitado en el gol de Ansesio, no lo tengo claro”. Carlo Ancelotti aparcó el traje de caballero elegante y respetuoso para zambullirse en el barro, tras sufrir la enésima derrota ante el Barça de Xavi. Su único argumento para desviar la atención de haber perdido la Liga era que el VAR se había equivocado a la hora de delimitar el fuera de juego de su jugador, poniendo en entredicho a los profesionales, que tienen recursos y herramientas más que solventes para delimitar, prácticamente al milímetro, la posición de todos los jugadores en el campo.

Pero parece que el técnico italiano tiene otros métodos más fiables para detectar los fueras de juego. Seguramente, tras levantar primero la ceja y masticar tres grageas de chicles, el entrenador del Madrid habrá necesitado unos pocos segundos para determinar que Asensio estaba habilitado y que el gol tenía que subir al marcador. O a lo mejor en el Calcio entienden los fueras de juego de una forma que en el país de la piel de toro aún desconocemos…

Haría bien Ancelotti en hablar con uno de sus antecesores en el banquillo blanco. José Mourinho le explicaría que quejarse por un acierto arbitral en el fuera de juego, aunque sea por unos milímetros, es de perdedor. De hecho, fue el argumento que utilizó el portugués para despotricar en su día contra Pep Guardiola en la final de Copa que el Barcelona perdió por la anulación de un gol de Pedrito, que estaba adelantado sólo unos milímetros.

En todo caso, hay que entender un poco a Carleto y ponerse en su pellejo: no todos los días te echan a patadas de un campeonato, y aún menos un entrenador bisoño que está empezando en esto de los banquillos, y ya no digamos si además llevas tres Clásicos consecutivos mordiendo el polvo, y para colmo el mismo entrenador te ha comido la tostada en la final de la Supercopa de España…

Muchos argumentos para sazonar el cabreo de Ancelotti, que no ha encontrado aún la manera de meter mano al Barça de Xavi. Ahora mismo, sólo le queda la semifinal de Copa como último acto de fe. El madridismo, en todo caso, empieza a mirar el partido, que se jugará el 5 de abril en el Camp Nou, con un escepticismo entendible. Necesitan remontar un 0-1 en contra, con la Champions a la vuelta de la esquina y ante un Barcelona posiblemente reforzado por Pedri y Dembélé.

Veremos cuál es la excusa que prepara el bueno de Carleto si caen dentro de dos semanas en la Copa, pero yo del VAR le aconsejaría que pregunte antes de tomar cualquier decisión al técnico italiano, que por lo visto es un lince a la hora de trazar las líneas.