Es la película de Pedro Almodóvar, una de tantas que lo catapultó, pero también podría ser el título metafórico que le podemos dar al abrazo entre Gerard Piqué y Xavi Hernández en el césped del Camp Nou. Era un día para la foto finish y dejar a un lado las discrepancias. Cada uno miraba su interés delante de la afición, a la que se le quería dar la mejor de las caras posibles. Y así fue.

Pero si los gestos hablaran, es evidente que el abrazo entre ambos era protocolario pero sin sentimiento. Y, menos aún, con ganas e interés entre ellos. Piqué cierra un capítulo --el de jugador profesional-- en el que se ha acabado reconciliando, en parte, con los seguidores y seguidoras azulgranas. Pero en ningún caso con los que se ha rodeado profesionalmente: Xavi, y menos aún Jan Laporta o sus excompañeros de infancia como Leo Messi.

Los únicos con los que mantendrá el "buen rollo" del mejor Barcelona todavía siguen en el club: Sergio Busquets y Jordi Alba. Por eso, Xavi los alineó en el once contra el Almería y al lado del de la Bonanova. Pero hasta aquí.

Piqué se despidió como cuando rompes con tu pareja de toda la vida y se ha acabado el amor. Cogió, incluso, frases inspiradoras que pueden servirnos de recurso a todos un buen día cuando se rompa la chispa de nuestras relaciones respectivas. Veremos si tanta poesía, después, le compensará en algún aspecto. Especialmente, en los objetivos empresariales que pueda tener con el club como futbolista retirado.