La guerra nos afecta, pero de momento las bombas caen en otro sitio. Aquí la intensa batalla de los socios contra la anterior directiva pasó a otra vida. El presidente Joan Laporta se ha encontrado un club social ideal, más próximo a un casal de mayores de 60.

Los jóvenes cantan, bailan y animan el cotarro en el campo. A ellos parece que las guerras cuanto más lejos, mejor. Los críticos no dan señales. Dan la impresión de estar recibiendo una buena pensión y ganas de vivir la jubilación. Y la Asamblea es más balsa de aceite que nunca. Ni con Núñez fue tan pacífica. Muy pocos compromisarios asisten, en buena señal de que piensan “haga lo que quiera, presidente”.

Y Joan Laporta fino, agudo, astuto, hace lo que le da la gana. Esa es la buena herencia que le dejó el anterior mandatario. Un pasillo para vender el nombre del Camp Nou, sin ningún referéndum de por medio; para echar a Messi, el jugador que puso al Barça en lo más alto del Olimpo; para regalar a Griezmann al Atlético de Madrid; y para hipotecar, en la mejor economía de colores, varias propiedades del club por 50 años. Esa será lo que heredará el próximo presidente.

Pero hay algo que no cuadra en ese “buen hacer” de Laporta, amigo en su anterior época de los jugadores. Algún “abrazafarolas” del vestuario estará sintiéndose “traicionado” por el presidente. Especialmente, el que puso a parir al anterior mandato, al que mejor le pagó. Y me refiero especialmente a Gerard Piqué y al resto de capitanes, a los que el presidente hizo una referencia directa en la Asamblea.

Acordemos que es verdad que no han querido rebajarse más el salario para ayudar el club, pero no es necesario ponerles contra la pared. Están en todas las fotos borrosas de las últimas temporadas. Pero también en las que brillan por todo lo que dieron a los culés.

Muchos éxitos a un club que entonces presumía de valores y cautivaba a todo el mundo. Ya se despidió a Messi por la puerta de atrás, no hagamos lo mismo con los que también fueron grandes protagonistas de aquellas gestas. El club los necesita. Hoy y el domingo, más que nunca.