¡Menuda diferencia entre Xavi y Koeman! Ya lo hemos explicado, sí, pero me resulta inaudito que sea noticia que Xavi da fiesta a los jugadores dos días y vuelven a los entrenamientos este próximo jueves. Con el holandés, directamente, cada día era una fiesta y los jugadores se tomaban los entrenos como un bufet libre: cada uno hacía, deshacía y venía cuando quería.
¿De qué sirve, si no, ser más disciplinado que el propio entrenador? ¿Un Koeman que nada más llegar ya puso como premisa dar prioridad a los entrenamientos de tarde porque, por las mañanas, estaba "demasiado cansado"? A mí lo que me chirría es que la directiva actual haya tomado la decisión de fichar a Xavi porque se había llegado a una situación insostenible. O sea, ha sido necesario llegar a un extremo pésimo para revertir las cosas.
Todo lo contrario a lo que pasa en el Barça B. Quizás porque queda más tapado, es menos mediático y tampoco han llegado los trompazos fuertes, allí todo vale. Tienen, con todos los respetos para su figura, a un Sergi Barjuan que no acaba de dar en el clavo. Por el camino se ha perdido al gran García Pimienta y la sangría de pérdidas de prestigio en la Masia se sigue reproduciendo. ¿El último? La marcha de Pau Martí, del Juvenil B, que ha pasado como formador también en el Juvenil A e incluso el Barça B. ¿Qué está pasando?
Xavi exige a los suyos porque bastante trabajo tiene pero es innegable su ansia por ganar, su gran conocimiento del club y lo que acabará pidiendo cuando mire a las categorías inferiores. Y no encontrará nada de su agrado. La máquina se retroalimenta en una jerarquía vertical donde el fallo de cualquier punto de la cadena puede hacer tambalear la fragilidad en la que se mueve el club. Urge copiar y adoptar el modelo Xavi para el resto. Y el que no sirva, fuera.