Publicada
Actualizada

Con el himno del Barça y decenas de bengalas, los Boixos Nois despidieron a su presidente. Manel Homar, líder carismático del grupo, falleció el pasado viernes a los 62 años, víctima de una larga enfermedad, y el tanatorio de Sancho de Ávila congregó a familiares y decenas de aficionados que le rindieron el último tributo.

La historia de los Boixos puede explicarse a través de Manel Homar, el carismático hombre del bombo, apasionado barcelonista, quien siempre decía que se haría del Real Madrid poco antes de morir para que ningún amigo llorara su muerte.

Al final no cambió de club, pero los aficionados más pasionales del Barça le recordaron con una sonrisa y muchos cánticos.

El nacimiento

Los Boixos Nois se crearon en 1981, como grupo de animación inspirado en los supporters ingleses y los tiffosi italianos.

De ideología nacionalista y de izquierdas en sus inicios, fue evolucionando hacia postulados mucho más heterogéneos con el paso de los años. También se radicalizaron sus comportamientos, especialmente en los 90, cuando parte del colectivo se convirtió en un grupo muy cerrado y violento.

Manel Homar, presidente de los Boixos Nois fallecido REDES

Boixos históricos, de los años 80, 90 y de la primera década del siglo XXI, despidieron a Manel en una ceremonia en la que no faltaron camisetas del Barça, del grupo radical, bufandas ni su famoso tambor.

El Madrid y el Espanyol

Anna, la sobrina de Manel, se emocionó al recordar su figura. Su legado. Recordó que nunca fue padre, pero a veces sí lo fue para ella.

Reivindicó su amor al Barça y su odio al Real Madrid y al Espanyol. También dijo que su tío se había equivocado muchas veces, pero que eran sus errores.

Después de Anna habló David, el Malas, porque de él se decía en el Camp Nou que siempre daba malas noticias. Con un enorme escudo del Barça tatuado en su cara, recordó el legado de Manel, el auténtico presidente de los Boixos, quien un día se enfrentó físicamente a Laporta.

El himno del Barça

La ceremonia comenzó y terminó con el himno del Barça. También se interpretó el Virolai y los aplausos se prolongaron durante, al menos, un minuto.

El homenaje, con otros líderes de los Boixos, continuó en la calle, con decenas de bengalas y algún bote de humo en honor de Manel. 

Aficionados del FC Barcelona despidiendo a Manel Homar en Barcelona Crónica Global

Durante al menos 10 o 15 minutos, la afición cortó una de las calles laterales del tanatorio. Encendieron bengalas, levantaron humo rojo y corearon cánticos para despedir al hombre que durante décadas fue la referencia emocional y simbólica del grupo.

Rosas azulgranas, bufandas y un intenso olor a pólvora acompañaron durante unos minutos al coche fúnebre, que se abrió paso entre la multitud antes de partir hacia el cementerio.

Vetados por Joan Laporta

Con la llegada de Joan Laporta a la presidencia del FC Barcelona en 2003, el club decidió prohibirles la entrada al Camp Nou por su peligrosidad y su historial de violencia.

Aunque desde entonces no pueden acceder como grupo organizado, algunos simpatizantes (de perfil más moderado) han seguido entrando de forma individual a la grada de animación. En 2019, la Comisión Antiviolencia del Deporte los declaró oficialmente grupo violento.

Los Boixos Nois, en Sevilla, durante la final de la Copa del Rey entre el Barça y el Real Madrid Instagram

El fenómeno 'skinhead'

En los años 90, parte del grupo se descontroló bajo el influjo del fenómeno skinhead, generando una convivencia explosiva: nacionalistas independentistas, nazis españolistas y militantes de extrema derecha compartiendo grada, códigos y violencia.

El Gol Sud, cuna de los primeros hooligans azulgranas, vivió entonces un relevo generacional con jóvenes como Ricardo Mateo y Antonio Torn, alias Antoñito, que asumieron nuevos galones de liderazgo.

En esa etapa, los Boixos protagonizaron algunas de las cacerías más violentas vividas en el centro de Barcelona, enfrentamientos callejeros que aún figuran en los informes históricos de la policía.

Espejo para los más jóvenes

Hoy, el grupo mantiene un perfil mucho más discreto que en los 90. No son ni la sombra de la banda que marcó una época a golpe de bengala, puñetazo y simbología extremista.

Sin embargo, su espíritu, sus emblemas y su estética han seguido irradiando hacia abajo, inspirando a generaciones más jóvenes y, en algunos casos, a otros grupos ultras.

Esa influencia ha llegado incluso a las categorías más bajas del fútbol: Primera y Segunda RFEF, e incluso el fútbol territorial, donde apenas hay medidas de seguridad, pero las rivalidades siguen siendo intensas.

Expertos en información e inteligencia policial de los Mossos d’Esquadra, que llevan años analizando esta mutación, lo resumen de manera clara: “Los grupos pequeños se están reflejando, inspirando y, en algunos casos, copiando directamente los códigos, la estética y la estructura de los viejos grupos ultras”.